La capilla de la Universidad de La Laguna, de herencia franquista, se usa todavía para misas, entre otras actividades.
Hace menos de un año tuve conocimiento de la existencia de simbología religiosa en la ULL, en especial de la capilla que está instalada en uno de los laterales del antiguo patio interior del Edificio Central. Para quien no la haya visto se trata de un pequeño edificio al que se accede por medio de una puerta de madera en forma de arco con cristales sencillos, y, rematándola un crucifijo que nos indica que vamos a entrar a un espacio de culto. Imagino que al no haber tenido tanta visibilidad ha pasado inadvertida durante muchos años, como me pasó a mí. Una vez dentro, el espacio está organizado en torno a varias hileras de bancos de madera y un altar con la imagen de San Fernando (santo patrono de la ULL, al menos de los devotos católicos).
El otro día se me ocurrió por casualidad ir a verla y al entrar fui sorprendido por la exclamación de una chica que estaba dentro:-¡Tienes que persignarte!-pronunció la muchacha con cara de pocos amigos. Ese incidente me hizo reflexionar sobre la necesidad de una universidad laica, que tanta polémica ha levantado en Madrid y Barcelona llegando a producirse manifestaciones laicas durante los rezos.
Pero, para comprender mejor la polémica tenemos que ir a los orígenes. En plena dictadura franquista, a mediados de los años 50 tuvo lugar la firma de un acuerdo entre la Santa Sede y el Estado sobre la instalación de espacios destinados al culto en las instituciones académicas.
En La Laguna, fue el obispado y el rectorado quienes llegaron al acuerdo que permitió la existencia del edificio que vemos hoy. La capilla católica de la Universidad de La Laguna, de herencia franquista, se usa todavía para misas, entre otras actividades. Por un lado, el Obispado de Tenerife celebra sus propios actos religiosos de forma puntual, como una misa a principio de curso, aunque éstos no tienen carácter oficial universitario; y por otro, la Universidad utiliza las instalaciones como sala de exposiciones, así como sede de la AFU (Asociación Folclórica Universitaria). De hecho si pasas cuando ensayan puedes ver la capilla llena de atriles para las partituras, instrumentos musicales, etc.
Nuestra universidad vecina, la ULPGC, carece de capilla católica al nacer en etapa democrática, cumpliendo por tanto con los principios constitucionales de 1978 que establece la libertad ideológica y religiosa y rechaza el carácter estatal de ninguna confesión.
Creo que sólo estos datos bastan para plantear un debate que permita la eliminación de toda simbología religiosa, ya que no es lógico quitar sólo la capilla sino todos los otros elementos confesionales católicos que permitan dar paso a una universidad democrática, pública y acofensional. La ULL debe ser una universidad de todos /as. Darle primacía al ideario católico supone una afrenta contra los valores universales de ciudadanía.
Mi propuesta personal es desacralizar dicha capilla y proceder a la retirada de toda simbología religiosa que se encuentren en cualquier facultad o sede de la institución académica. En cuanto al edificio de la capilla quedaría libre para uso de la AFU y como sede de exposiciones, suprimiéndose únicamente el servicio religioso. Creo que es mi deber como estudiante e historiador hacer llegar esta información a todos/as y poner en marcha una campaña que permita este objetivo.
No es justo que los fundamentalistas católicos nos digan lo que tenemos que hacer y menos en un espacio público y aconfesional como es la universidad. Los católicos y el resto de creyentes ya tienen otros espacios (iglesias, templos, sinagogas…) donde poder rezar libremente.
Por defender el laicismo no estoy en contra de las creencias individuales de las personas, algo que me parece de lo más respetable; pero creo que no se debe permitir que porque exista libertad ideológica acaparen espacios que son de todos (públicos). La simbología nacionalcatólica tenía razones para estar en nuestra universidad durante la dictadura franquista, pero ya es hora de pasar una página de la Historia. El futuro está en nuestras manos.
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