Los curas tildan de “populista” la retirada de símbolos. Asturias Laica “satisfecha con el plan”
La voluntad del tripartito (Somos, PSOE e IU) de impulsar una serie de medidas para promover la laicismo en la ciudad, entre ellas la de crear de un observatorio laico o la de retirar símbolos religiosos del municipio, causó ayer un fuerte rechazo en el seno de la Iglesia. Los curas consultados acusaron al gobierno local de promover un “laicismo sectario y excluyente” que “no aporta nada a la convivencia” en el municipio. Además, aseguraron que las medidas planteadas son “demagógicas y populistas” y que hay cosas “más urgentes” como “ayudar a los pobres o a los refugiados”.
La propuesta, adelantada ayer por LA NUEVA ESPAÑA, parte del PSOE y tiene, en líneas generales, el visto bueno de sus dos socios, que están pendientes de analizarla para matizarla y llevarla al Pleno, previsiblemente al de junio. La diferencia está en los plazos: Somos considera que no es del todo urgente en los tiempos que corren e IU que sí, que una oficina laica es un “elemento principal” para “sanear” la relación con la Iglesia. La coalición endureció su mensaje y, sin citarle, lanzó un recado al Arzobispo, Jesús Sanz Montes: “Hay alguno que se tiene que adaptar ya a los tiempos del Papa Francisco porque su llegada le pilló con el pie cambiado”, señaló Cristina Pontón, portavoz de IU. Requerido por este diario, Sanz Montes declinó ayer valorar estas medidas.
El documento con los doce puntos a favor del laicismo, en poder de los tres socios del tripartito desde hace semanas, incluye la prohibición de jurar un cargo ante una Biblia, la incorporación de actos civiles al calendario o peticiones al Gobierno central como la de cobrar el IBI a edificios religiosos que no estén destinados al culto o que establezca la escuela laica y retire las “enseñanzas confesionales”.
“Son medidas demagógicas que no aportan nada a la gente”, se quejó ayer Alberto Reigada, párroco de la Iglesia San Francisco Javier de la Tenderina, que acusó al tripartito de hacer un “flaco favor” a “nuestro pueblo creyente” y de “canonizar la laicidad”. “Una cosa es la aconfesionalidad y otra la laicidad que quieren poner”, continuó Reigada, que señaló que “la Iglesia muestra su compromiso con los pobres y la gente que lo pasa mal” y que el gobierno “tenía que volcarse en eso”. Y dejó una pregunta en el aire: “¿Van a quitar la cruz del escudo de Oviedo?”.
Fernando Llenín, párroco de San Francisco de Asís, tildó de “lamentable e innecesario” el documento y lamentó que el gobierno prefiera “una laicidad sectaria, excluyente y de descarte” a otra “incluyente, positiva e integradora”. “No hace falta tener ese tipo de actitudes, remachó”. Javier Fernández Conde, historiador y sacerdote, criticó el “acelerón hacia el laicismo” del tripartito porque “hay cosas más urgentes” como “la gente pobre, la gente que no tiene vivienda o los refugiados”. “Es una postura muy exagerada. Para retirar los símbolos está la ley de Memoria Histórica. Son medidas innecesarias”, dijo.
En el Ayuntamiento, el edil Fernando Villacampa (Somos) aseguró que su grupo está de acuerdo con “garantizar el laicismo en las instituciones públicas” y que estudiarán la propuesta de abrir una oficina laica, aunque dejó caer que hay otras más urgentes como la de “atención a la ciudadanía”. “Somos partidarios de promover actitudes que fomenten la convivencia entre ciudadanos, tengan o no sentimientos religiosos”, añadió Villacampa. El discurso de Pontón, de IU, fue más contundente. Respaldó las medidas, exigió que la Iglesia pague el IBI y aseguró que “no hay nada más sano para las religiones que la laicidad”.
En el PP, su portavoz Agustín Iglesias Caunedo calificó las medidas como “cortinas de humo” para “tapar la falta de gestión” del tripartito, a quien acusó de “ir contra las tradiciones”, “atentar contra la libertad de elección” de los ovetenses y “buscar enemigos”. Luis Pacho, líder de Ciudadanos, denunció que el gobierno” quiere acabar con la religión católica con un disfraz de libertad”, que las medidas “retrotraen a épocas pasadas” porque “no van a beneficiar a los ovetenses”.
A quien sí satisfizo el plan fue al colectivo “Asturias Laica”. Su presidente, José Luis Iglesias, fue contundente: “La separación de la Iglesias y el Estado es una cuestión básica por mucho que algunos se den por ofendidos. La Iglesia no tiene por qué ocupar los espacios públicos”, denunció. Iglesias, que contactó hace tiempo con el tripartito local, rechazó que las medidas previstas por el gobierno vayan contra la tradición y se mostró a favor del desalojo de los cofrades de su local en el Ayuntamiento y de que se haya suprimido su subvención. El representante del colectivo aseguró que el total de concejos que se han sumado a la red de municipios laicos “va en aumento” en la región y señaló que, además de Langreo, Mieres y Gijón, que ya están sumados, están pendientes Corvera y Oviedo.