ntegrantes del colectivo Entre Ríos Laica presentaron en la Cámara de Diputados un proyecto de ley por el que se propone la prohibición de la instalación o exhibición permanente de imágenes o motivos religiosos en todos los edificios y espacios públicos que dependan del Poder Ejecutivo, de la Legislatura, del Superior Tribunal de Justicia, de los municipios y juntas de Gobierno de toda la provincia. La iniciativa tomaría estado parlamentario en la sesión preparatoria, según informaron a AIM.
El proyecto de Iniciativa Ciudadana 077 pretende prohibir la instalación o exhibición permanente de imágenes o motivos religiosos en todos los edificios y espacios públicos, sin embargo se exceptúan de la aplicación los ubicados en cementerios. Además, la propuesta determina que las imágenes y motivos religiosos existentes al momento de la sanción de la iniciativa deberán ser removidos en el plazo de doce meses.
Según explicaron desde Entre Ríos Laica a AIM, el proyecto recibió adhesiones de la Asociación Civil Arg-Atea de Buenos Aires, de la Asociación de Ateos de Mar del Plata y se está discutiendo en las universidades públicas de Entre Ríos, para recibir el apoyo de cátedras.
El proyecto de ley que impulsan “garantizará el cumplimiento de los principios de libertad de consciencia y laicidad del Estado en Entre Ríos, por lo que determina el retiro de las imágenes y símbolos religiosos que se hallen de modo fijo y permanente en edificios y espacios públicos, ya que los mismos ejercen una violencia simbólica sobre quienes no creen en esos íconos o profesan otras religiones”, aseguraron.
Actualmente, en el territorio provincial, “se hallan cientos de estatuas en plazas, ingresos a las ciudades y edificios públicos, acción inaceptable, ya que el Estado se secularizó definitivamente de la Iglesia, por lo que permitir colocar estatuas y símbolos religiosos en espacios y edificios públicos avanza violentamente sobre los ciudadanos que eligen no creer en imágenes mitológicas, que refuerzan una moral ascética que desprestigia la vida del ser Humano. Esto es que, la presencia de símbolos religiosos en los espacios públicos y donde funcionan los poderes del Estado afecta el principio de neutralidad religiosa y el derecho a la igualdad y no discriminación en relación al derecho a la libertad de conciencia”, apuntaron.
Para los militantes de la ilustración, la religión “es un modo de alienación porque es una experiencia positiva de algo irreal; porque desvía al hombre del único ámbito en donde le es realmente posible la libertad, es decir, el mundo humano; y porque suele tomar partido generalmente por la clase dominante, perpetuándola en el poder, legitimando el estado de cosas existente”.
En ese contexto, apuntaron que la Corte Europea de los Derechos Humanos “declaró que el crucifijo en las aulas es una violación de la libertad religiosa, una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones, y de la libertad de religión de los alumnos”.
Además, recordaron que el 25 de noviembre de 1981 la Asamblea de las Naciones Unidas “aprobó la Declaración sobre la Eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones (resolución 36/55) y que en la Constitución nacional se adhirió a tratados internacionales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, donde se garantizan el libre y pleno ejercicio de los derechos y libertades a todas las personas sin discriminación alguna por religión u otros motivos”.
En ese sentido, rememoraron que Argentina “es un país que no tiene una religión oficial, es un Estado no confesional más allá de la invocación a la Idea de Dios en el Preámbulo de la Constitución y más allá que en la Constitución Nacional dispone de fondos públicos para “sostener” a la religión Católica Apostólica Romana, principio que va contra todo fundamento de los Estados Modernos, donde se escinde la vida pública de la privada.
Además, el artículo 2 de la Constitución Nacional discrimina a quienes no adhieren a esa religión y demuestra residuos de la Monarquía Española, producto del virreinato católico”. En tanto, puntualizaron que Entre Ríos “no está exenta del laicismo. En su Constitución ni siquiera reconoce como principio del pensamiento y fundamento de su Carta Magna a ninguna Idea de Dios, por lo que se reivindica la consciencia de los habitantes”.