Finalmente, las diócesis empiezan a acoger la petición de la comisión antiabusos
El Patriarcado de Lisboa, la cúpula de la Iglesia católica en la capital lusa, apartó a cuatro sacerdotes en activo por las investigaciones sobre abusos a menores desarrolladas por una Comisión Independiente
En un primer momento, la Iglesia lusa optó por dejar libertad a las diócesis para apartar a los sacerdotes sospechosos
Las críticas no se hicieron esperar e incluso el presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa -católico practicante-, mostró su “desilusión” por esta reacción y consideró que los sospechosos deberían ser suspendidos cautelarmente