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El presidente de la comisión que investiga la pederastia en la Iglesia lusa, Pedro Strecht y, a la derecha, el presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal, José Ornelas.João Henriques

[Portugal] La Fiscalía investiga si el presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal encubrió abusos sexuales

El obispo José Ornelas, que impulsó la creación de una comisión de investigación independiente sobre la pederastia, estaba al frente de la congregación religiosa a la que pertenecieron los denunciados

La Iglesia portuguesa vive días convulsos. En poco tiempo han salido a la luz acusaciones sobre casos de pederastia que han salpicado a algunas de sus principales figuras. La más reciente, desvelada este domingo en el diario Público, afecta al presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal, José Ornelas, que es investigado en dos procesos independientes por la Fiscalía de Lisboa y de Braga para comprobar si encubrió casos de abusos sexuales ocurridos en Mozambique y Braga cuando él estaba al frente de la congregación religiosa de los sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (dehonianos), a la que pertenecían algunos de los denunciados.

Las investigaciones de la Fiscalía se abrieron a raíz de las denuncias remitidas en septiembre desde la Presidencia de la República de Portugal, adonde habían llegado de la mano de un profesor que ya dio la voz de alarma hace más de una década respecto a lo que ocurrió en Mozambique. Los dos casos ya fueron investigados en el pasado, aunque lo que se trata de esclarecer ahora es si el obispo José Ornelas trató de encubrirlos. Una de las denuncias se refiere a hechos ocurridos en Mozambique en 2011 en un orfanato, que dirigía el padre italiano Luciano Cominotti, que fue acusado junto a otro sacerdote de abusar de los menores que cuidaban. Los abusos, detectados por un profesor, fueron puestos en conocimiento de José Ornelas, que agradeció la información a través de cartas.

En las misivas, que fueron facilitadas por Ornelas a Público, aseguraba que Cominotti y el orfanato que dirigía no estaba bajo su autoridad eclesiástica, si no que dependía de la diócesis de Gurúe (Mozambique). “Por tanto, no tenemos ninguna intervención o autoridad sobre lo que allí ocurra”, señalaba en su carta. El profesor que denunció los hechos contactó con las autoridades de Mozambique, Italia y Portugal. Los casos se investigaron y se cerraron sin acusaciones, aunque en 2020 se reabrió de nuevo en el país africano. Y ahora es la propia Fiscalía de Lisboa la que examinará el papel del actual presidente de los obispos portugueses en este caso.

En la denuncia de Braga, está en cuestión si José Ornelas conoció y tapó los abusos sexuales cometidos por el padre dehoniano Abel Maia, que acabaría siendo apartado de la diócesis de Braga e inhabilitado para decir misa en 2014, poco después de que salieran a la luz. Este caso, que fue desvelado por el diario Correio da Manhã, fue investigado por la diócesis de Braga y enviado al Vaticano. También fue objeto de una investigación de la Fiscalía portuguesa, que acabaría archivándolo. Lo que se dirime con la investigación iniciada ahora es un asunto de competencia similar al de Mozambique: determinar si Abel Maia dependía de la congregación presidida entonces por Ornelas o de la diócesis de Braga, a la que se había incorporado, para saber a quién correspondía la misión de indagar y denunciar lo ocurrido.

En una nota de la Conferencia Episcopal lusa se disculpa a la congregación de responsabilidades: “No le competía tomar la iniciativa de efectuar una investigación ya que el asunto estaba tratándose en la diócesis de Braga que ya lo había notificado al Ministerio Público”. El padre Abel Maia, aseguran, había dejado la congregación en junio de 2014, cinco meses antes de la denuncia. “El padre dejó la comunidad a comienzos de 2003 y formalmente la congregación en junio de 2014. Entre 2003 y 2014 estuvo en Roma, Azores y algunas parroquias”, precisan.

Reconocimiento

Las investigaciones de la Fiscalía sobre Ornelas, que fue el principal impulsor de la creación de una comisión de investigación independiente sobre la pederastia en la Iglesia portuguesa y ha pedido perdón a las víctimas en varias ocasiones, se suman a otra polémica que envolvió este verano al cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, por haber ocultado un caso de abusos sexuales. En una carta abierta, Clemente reconoció lo ocurrido y pidió perdón: “Acepto que este caso y otros de conocimiento público, y que fueron tratados en el pasado, no se ajustan a las recomendaciones que hoy todos queremos ver aplicar”.

La comisión de investigación, que inicia ahora el último trimestre de su trabajo –se estableció un año de plazo–, ha confirmado hasta la fecha más de 400 casos. Su director, el psiquiatra Pedro Strecht, aceptó el encargo después de recibir garantías de la Iglesia portuguesa de que tendría manos libres. Un equipo de colaboradores de la comisión está ahora rastreando los archivos diocesanos para descubrir denuncias pasadas.

Si conoce algún caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escríbanos con su denuncia a abusos@elpais.es. Si es en América Latina, puede escribir a abusosamerica@elpais.es

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