La comisión portuguesa que estudia los abusos sexuales a menores cometidos en el seno de la Iglesia católica pidió ayuda al Parlamento luso para facilitar que las víctimas en situaciones más vulnerables puedan denunciar.
«Mantenemos una preocupación importante», que es que todavía hay «algunas personas» de zonas de «más del interior, más pobres y con menos recursos que no han podido hablar tan fácilmente», expuso este jueves el presidente de la comisión, el psiquiatra infantil Pedro Strecht, a medios lusos, sobre las razones tras esta petición.
Strecht realizó estas afirmaciones a su salida de una reunión entre representantes de la comisión y el presidente de la Asamblea de la República lusa, Augusto Santos Silva; encuentro previsto desde hacía tiempo y que servía para informar al Parlamento y aclarar dudas.
Las cifras que maneja este equipo hasta ahora -entró en funcionamiento el pasado enero- son «cerca de 362» testimonios que denuncian abusos sexuales y 17 ya han sido derivadas a la Fiscalía.
Strecht añadió que hay 4 que ya fueron archivadas.
«Como también hemos referido otras veces, reportan siempre un número de víctimas muchísimo mayor porque en cada testimonio en muchos casos hacen referencia muchas más víctimas», matizó el especialista.
Añadió que hay víctimas que «prefieren el anonimato» y no avanzar con el proceso judicial, y, «sobre todo», priorizan recibir «una petición de disculpa, la petición de perdón» por parte de la Iglesia católica lusa.
La reunión con Santos Silva se celebró en la misma semana en la que se ha divulgado que el Patriarcado de Lisboa recibió una denuncia por presuntos abusos sexuales a un menor a finales de la década de 1990 y no lo denunció a la policía ni retiró de funciones al sacerdote sobre el que recaía la acusación.
Sobre ese tema, Strecht no quiso posicionarse para mantener su «neutralidad», pero defendió que la comisión fue creada por la propia Conferencia Episcopal Portuguesa, por lo que «es de interés de la Iglesia católica que todas las situaciones sean analizadas».
La comisión ha recalcado en anteriores ocasiones la importancia de que las diferentes instituciones públicas y privadas sensibilicen a la población sobre la importancia de dar un espacio a las víctimas para que tengan los medios para denunciar.
Esta es la primera investigación a gran escala de casos de abusos en la Iglesia que se realiza en Portugal, donde más del 80 % de la población se declara católica.
Está previsto que presenten un informe con conclusiones finales cuando concluya el año