Urge el obispo disidente de Nueva Jerusalén que se instale un módulo de policía permanente.
El encargado del Orden en Nueva Jerusalén, Cruz Cárdenas, indicó que el pueblo está abierto al diálogo y dispuesto a negociar con las autoridades para tratar de resolver la situación sobre el tema educativo.
En entrevista con Azucena Uresti para Milenio Televisión, Cárdenas afirmó que el problema es que “ellos trajeron a niños de otras comunidades y es lo que interrumpe la paz del pueblo”.
Dijo que la impartición de educación laica “no tiene nada de malo, el problema es la forma en la que se comportan los chamacos en el pueblo, sobre todo en el vestuario, que respeten los usos y costumbres, rompieron ese compromiso”.
Agregó que una vez ya se instalaron escuelas donde se impartió este tipo de educación, pero “se metieron maestros muy rebeldes, que incitan a los chamacos a hacer cosas que no están permitidas aquí en el pueblo”.
Denunció que en la administración pasada “metieron la escuela al pueblo no tomando en cuenta al pueblo”, y rechazó que sean un grupo peligroso como el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo los calificó.
“Invitamos al gobierno a que vea cómo está esto para que esta situación se resuelva… Hay que platicar, que entendernos, sentarnos a dialogar”, subrayó.
Indicó que hasta al momento al pueblo no se le ha informado sobre los avances que hay en este asunto, aunque, dijo, “la verdad en el pueblo la escuela no se requiere”.
Encargado interino
El obispo disidente de Nueva Jerusalén, Santiago Mayor, advirtió que si las autoridades no ponen gobernabilidad en dicha comunidad religiosa, “seguirá siendo un zafarrancho”, ya que es indispensable la intervención del Estado y la policía para que se aplique la ley.
En entrevista con Carlos Loret de Mola, en Primero Noticias, el líder religioso urgió a que la comunidad no se rija por un grupo, sino por un encargado interino, incluso apresuró a la instalación de un módulo de policía permanente para que “se vaya erradicando lo que está mal”.
Afirmó que en dos ocasiones lo han querido secuestrar, por ello consideró que las autoridades deben intervenir para mejorar las condiciones de seguridad.
Miguel Chávez Baraja, nombre verdadero del obispo, de 56 años, arribó a la comunidad a los 19 años porque era un lugar milagroso; sin embargo, fue expulsado de ésta junto con otros 29 sacerdotes, ya que consideraron que algunas de las ideas, como la de matar hasta 30 personas en nombre de Dios o la Virgen, o el abusar de mujeres, no congenian con la realidad.
Dijo desconocer si el padre Nabor o su sucesor, el obispo Martín de Tours, protegen a personas que abusen de mujeres, aunque señaló que en agosto de 2005 algunos sacerdotes presentaron denuncias en este ámbito.
Fanatismo religioso
Todos los sectores de Michoacán se han pronunciado ya por que el Ejecutivo estatal aplique el estado de derecho en Nueva Jerusalén, donde desde hace 40 años no arranca un ciclo escolar por fanatismo religioso.
En tanto, no se descarta que la Policía Federal ingrese de un momento a otro a dicho asentamiento ubicado en el municipio de Turicato, región de Tierra Caliente, debido a que persiste la negativa de los líderes religiosos a los acuerdos y a la presunción de que algunos tienen nexos delictivos.
Armando Ballinas, secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública, aseguró que este caso debe ser tomado con mano firme, pues ya se han sobrepasado los límites de tolerancia y respeto a las leyes.
“Se deben tumbar las bardas, nadie debe estar encerrado y supeditado a un líder religioso que abusa de la ignorancia de la gente y que llegan a lo absurdo del fanatismo, decir que la virgen les dijo que en las aulas escolares está el diablo y que se deben tumbar las escuelas, esta es una idea del siglo XV, además de ser una burla a las leyes”, dijo.
Asimismo, ante la problemática que prevalece en Nueva Jerusalén, el pleno de la 72 legislatura estatal exhortó a los titulares de los Ejecutivos estatal y federal para que protejan los derechos ciudadanos de los mexicanos con el establecimiento del estado de derecho, lo anterior fue el último punto de la orden del día para la sesión de ayer en el Palacio Legislativo.
Por su parte, el arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, afirmó que Nueva Jerusalén es producto de la ignorancia y acusó a los líderes de no tener capacidad para dirigir y entender bien las cosas, por temor a que sus seguidores abran los ojos a la realidad y no puedan seguirlos manipulando.
“Esto es fruto de toda una historia que conocí porque fui obispo de Tacámbaro. Una vez estuve ahí y escuché cosas totalmente irracionales e inaceptables”, refirió.
El jerarca católico consideró que ahora las condiciones en la población de Turicato llegaron a un punto culminante y presagió el “principio del fin. Que eso ponga la luz de alerta ante las autoridades para que realmente de una manera civilizada, sin atropellos, se aplique la ley”, indicó.
Sostuvo que Nueva Jerusalén debe ser regulada por las leyes que se aplican a cualquier ciudadano u organización.
Finalmente, el gobierno estatal inició la reubicación de escuelas fuera de la comunidad, luego de que las que había fueron demolidas y quemadas.
Las obras se realizan a casi medio kilómetro, en terrenos de la escuela primaria de la comunidad La Injertada.
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