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Polémica en el judaísmo tras la primera boda gay religiosa

Una unión entre mujeres que genera un fuerte debate. Distintos sectores dicen que es opuesta a la Torá, el libro sagrado. Otros la defienden y creen que hay que aggiornarse.

Romina Charur y Victoria Escobar se casaron el domingo en el templo judío NCI Emanu El, y se transformaron en la primera pareja del mismo sexo en celebrar una boda religiosa en Latinoamérica. Las repercusiones y la polémica no tardaron en llegar. Dentro de la colectividad, ayer aparecieron voces que se oponen fervientemente a la unión de estas dos mujeres, mientras que otros se manifestaron a favor. Y también hubo posturas intermedias. Pese a las críticas de los sectores más ortodoxos, el próximo domingo otra comunidad judía casará también en una sinagoga a dos hombres.

Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano y rabino de Benei Tikva, pertenece al sector conservador de la colectividad, que sostiene una mayor apertura que los ortodoxos. Le dijo a Clarín que si bien respeta a las parejas homosexuales, considera que es “imposible institucionalizar su unión”. “En el judaísmo hay distintas corrientes y si alguna cree que hay que concretar estos lazos, bueno, allá ella. Pero yo no lo comparto. Cuando el Papa Francisco era Bergoglio, el arzobispo de Buenos Aires, analizamos el tema y coincidimos en que no existe la posibilidad de realizar una ceremonia de estas características”, resumió Skorka. Y agregó que una cosa es que “dos personas del mismo sexo quieran hacer su vida juntos” y otra es la “institución del matrimonio, para la que se necesitan un hombre y una mujer, según la Torá”.

Desde la corriente ortodoxa fueron más duros aún. Fuentes del sector con mucho peso político dentro la colectividad pero que prefirieron no identificarse, consideraron a la boda “un escándalo” y aseguraron: “No se realizó ningún matrimonio, ya que un evento de este tipo es contrario a la voluntad del creador. “Este tema no está sujeto a interpretación porque las fuentes bíblicas condenan las relaciones entre personas del mismo sexo. La unión matrimonial debe darse entre un hombre y una mujer y ningún niño puede tener dos madres o dos padres”, agregaron.

Dentro del sector que adhirió a la Responsa del “Committe of Jewish Law and Standards” de la Asamblea Rabínica del Movimiento Conservador –que en 2006 había conferido a las parejas gays la posibilidad de casarse bajo el ritual judío–, también se escucharon diferentes posturas. Ari Bursztein, rabino de la Fundación Judaica, de la que forma parte NCI Emanu El, contó que si bien fue él quien le manifestó a Romina y Victoria que existía una posibilidad de que el movimiento conservador aceptara su unión religiosa, en lo personal no está de acuerdo con ella. “Creo que en toda responsa debe haber una proporción razonable entre ideología y fuentes. Y, en este caso, a pesar de que me parece una causa justa, noto mucha ideología y poco trabajo con respecto a lo textual”, resaltó. Aunque se mostró abierto a “ser convencido, si es que le acercan argumentos que respalden una unión de este tipo”.

En tanto, Adrian Herbst, rabino del templo NCI Emanu El y uno de los impulsores del casamiento religioso entre las mujeres, defendió la postura adoptada y sostuvo que “es necesario aggiornarse a los tiempos actuales”. “Es cierto que hay partes del texto bíblico que prohíben la homosexualidad. Aunque también hay fragmentos que avalan la esclavitud o consideran que una persona sorda tiene menos derechos. Eso se podía pensar hace 5.000 años, pero hoy nadie puede sostenerlo. Yo entiendo al judaísmo como una película, como algo dinámico. No como una foto intocable”, expresó Herbst. Y agregó: “Hoy el mundo cambió, por lo que creo que es tiempo de contemporaneizar las fuentes, teniendo en cuenta que mi objetivo es acompañar a las personas para que puedan vivir como judías, sin importar de quién se enamoren”.

El rabino Sergio Bergman, ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, también se refirió al tema. “Yo no celebro en la sinagoga este tipo de ceremonias y tampoco apoyé el matrimonio igualitario, aunque acepto la libertad de elección de gays y lesbianas. Sin embargo, en mi opinión, el matrimonio está instituido por la tradición religiosa como entre un hombre y una mujer”, remarcó Bergman, que aclaró que su postura “no condena ni censura a otras instituciones y rabinos que piensen y practiquen distintas cosmovisiones”.

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