Podemos ha advertido este miércoles de las «contradicciones» que hay entre el Código de Buen Gobierno del Cabildo de Tenerife y la «marcada cristianización» que imprimen el presidente insular, Carlos Alonso, y su equipo de gobierno, de CC-PSOE, «con propuestas como la de nombrar a la virgen de Candelaria presidenta honoraria y perpetua».
Fernando Sabaté, consejero y portavoz de Podemos, también cita como ejemplo de esa tendencia, entre otras cuestiones, que el Cabildo solo esté concediendo ayudas y subvenciones «para protección, restauración y conservación de bienes patrimoniales a la Iglesia».
Asimismo, apunta que el capítulo IV del Código de Buen Gobierno recoge en su punto 11.4, entre los principios inspiradores y medidas que deben guiar la conducta de quienes ostentan responsabilidades públicas y del personal en el ejercicio de sus actuaciones públicas, «no incurrir en prácticas discriminatorias, cuidando especialmente evitar cualquier discriminación por razón de género, raza, religión o creencias, ideología, orientación sexual, por razón de discapacidad o por cualquier otra circunstancia personal o social».
«Podríamos entrar incluso en consideraciones constitucionales y legales sobre el laicismo y aconfesionalidad del Estado español y de sus administraciones públicas, pero el hecho es que el propio Código de Buen Gobierno del Cabildo puede chocar con la distinción honorífica de la virgen e, incluso, con el trato privilegiado que se está dando desde esta institución a la Iglesia católica en detrimento de otros credos y religiones», señala en una nota.
En esa línea, Sabaté indica que «Carlos Alonso y CC pueden replicar, como están haciendo en varios medios, que la propuesta de nombrar a la patrona de Canarias presidenta honoraria del Cabildo responde a motivos culturales, no religiosos, y pueden sacar a relucir jurisprudencia de distinciones similares, pero lo cierto es que un elevado número de personas de Tenerife que profesan otra religión o que no profesan ninguna pueden sentirse discriminadas con esta propuesta en una isla tan multicultural y con tanta diversidad religiosa como la nuestra».
En su opinión, «la discusión no es si se está a favor o en contra de la Iglesia ni de si a Podemos le gusta más o menos la propuesta de Carlos Alonso, sino tener claro que el Cabildo de Tenerife debe ser la institución de toda la ciudadanía tinerfeña, sean cuales sean sus creencias religiosas, filosóficas e ideológicas».
Por este motivo, cree que el presidente del Cabildo «debería tener claro también que propuestas como la de la virgen de Candelaria pueden ser ofensivas incluso para quienes profesan la fe cristiana y para quienes proyectan en la imagen de la patrona de Canarias sus sentimientos más íntimos y profundos».
Asimismo, considera que «la iniciativa de Carlos Alonso persigue, sobre todo, un objetivo electoralista», toda vez que al equipo de gobierno «le viene muy bien para distraer la atención de problemas realmente graves de nuestro territorio como el desempleo y los récords de pobreza y exclusión social». «Esta ocurrencia puede crear conflictos y problemas donde no los había y, además, puede restar más que sumar», concluye.