Frente al resurgimiento del nacionalcatolicismo o su impulso en las aulas como defiende el neofascismo, debemos abogar por una educación plenamente laica. La laicidad de las instituciones públicas es la mejor garantía de una educación sin dogmatismo y de una convivencia plural en la que todas las personas sean acogidas en igualdad de condiciones, sin privilegios ni discriminaciones. Tanto las católicas como las musulmanas, las ateas, las agnósticas o las protestantes, etc.
Enrique Javier Díez Gutiérrez. Profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León y miembro del Grupo de Pensamiento Laico.