La policía interviene por denuncia de tres padres que exigían la liberación de sus hijos, incluyendo un bebé de apenas unos meses.
Un gran movimiento policiaco motivó el pastor mexicano Luis Leopoldo Magaña Aguilar, director del centro de salud de Yobaín, quien pidió a los miembros de la congregación religiosa Casa de Dios, Eben-Ezer, que se encerrarán en la “iglesia” a esperar la caída de un meteorito en el mar de Santa Clara, lo que generaría una ola gigante que marcaría el fin del mundo.
Sin embargo, las cosas se le complicaron, no solo porque no se cumplió su “profecía” sino porque también tres hombres se inconformaron porque sus esposas se encerraron en la “iglesia” con sus hijos, incluyendo niños de apenas unos meses.
Esto motivó la intervención policiaca y que finalmente se abrieran las puertas del “templo” para permitir que salieran las familias de los inconformes.
Magaña Aguilar, quien se ostenta como pastor de la iglesia Eben-Ezer, expuso a sus feligreses hace unos días que Dios le había hecho una revelación: el dia 31 de diciembre de 2014 un meteorito caería en la costa de Santa Clara, levantando una ola de gran tamaño que cubriría gran parte de la población de Dzidzantún y pueblos costeros aledaños de México.
Como parte de la “revelación”, se pidió a los profesionistas que forman parte de la congregación, entre ellos maestros, doctores y enfermeras, que retirarán todo su dinero de los bancos para comprar víveres sumando un total de 4 millones de pesos chilenos (100.000 pesos mexicanos). El sujeto también pidió a sus fieles que quemaran sus vestimentas, porque en el nuevo camino de sobrevivencia la ropa no sería necesaria.
Tras hacer los preparativos, el doctor y sus seguidores se encerraron en la Casa de Dios, Eben-Ezer, donde se colocaron grandes tablas e incluso se tapiaron algunas partes con cemento, a fin de que no entrara el agua de la “gran ola”.
Alrededor de la una de la madrugada del miércoles ingresaron a la iglesia los feligreses, incluyendo menores de edad, pues según la “profecía” el meteorito caería a las 3 de la madrugada.
Sin embargo, tres padres de familia en desacuerdo con la religión y la predicción del doctor, solicitaron a sus familias que salieran del lugar junto con sus hijos. Ante una respuesta negativa de Leopoldo Magaña, decidieron dar parte a las autoridades estatales.
Al final las personas que estaban adentro decidieron salir al ver el movimiento policiaco. Al percatarse de esto, el “pastor” dijo que la profecía no se cumpliría ya que “la casa de Dios fue abierta y el Creador no expondrá la vida de los elegidos”.