El Sumo Pontífice ratificó sus pensamientos sobre esa práctica y pidió «no confundirlo con el mal de evitar el embarazo«. Además, manifestó que a pesar de los debates sobre la unión civil de homosexuales, el trabajo del Papa «no es meterse en la política de un país«.
El papa Francisco ratificó que el aborto «es un crimen y no un mal menor» y lo diferenció del hecho de evitar el embarazo, lo que «no es un mal absoluto«, y afirmó que pese a los debates en Italia sobre la unión civil de homosexuales, «el rol del papa no es meterse en la política de un país«.
«El aborto no es un mal menor. Es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto«, aseguró el pontífice en una rueda de prensa en el avión que este jueves lo trajo de regreso a Roma desde México.
Además, consultado sobre posibles «males menores» ante el virus del zika, el Obispo de Roma expresó: «Hablamos en términos de conflicto entre el Quinto y el Sexto mandamiento. Pablo VI, el grande, en una situación difícil en África permitió a las monjas usar anticonceptivos para casos de violación«, aseguró, y pidió «no confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto«.
«El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se asesina a una persona para salvar a otra en el mejor de los casos o para pasarla bien. Va contra el juramento hipocrático que los médicos deben hacer. Es un mal en sí mismo, pero no es un mal religioso: no, es un mal humano«, destacó en referencia sobre posibles posturas para frenar el avance de la enfermedad.
«Después, evidentemente, como es un mal humano cada asesinato es condenado. En cambio, evitar el embarazo no es un mal absoluto. En ciertos casos, como en éste, como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro. También yo exhortaría a los médicos a que hagan de todo para encontrar también las vacunas contra estos dos mosquitos que contagian esta enfermedad. Sobre esto se debe trabajar«, agregó Francisco.
Además, el papa aseguró que pese a que Italia debate un proyecto de ley para legalizar la unión civil entre homosexuales, no sabe «cómo están las cosas en el parlamento italiano«, pero recalcó que «el papa no se mete en política italiana» y aseguró que «un parlamentario católico debe votar con la conciencia bien formada«.
«En la primera reunión que tuve con los obispos, en mayo de 2013, una de las tres cosas que les dije fue: ‘con el gobierno italiano arréglense ustedes«, contó, y siguió: «Porque el papa es para todos, y no puede meterse en políticas concretas, internas, de un país. Este no es el rol del papa«. En esa línea, recordó un episodio sobre los momentos finales de la norma votada en Buenos Aires para las parejas gays en donde dos parlamentarios discutían qué hacer.
Por otra parte, Francisco explicó que no recibió de manera privada a los familiares de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa ya que antes de llegar a México hubo intentos para que recibiera a diversos grupos de víctimas de la violencia, pero reveló que eran muchos y varios de ellos estaban “contrapuestos entre sí” y “con luchas internas”.
“Entonces yo preferí decir que los iba a ver a todos en la misa de Juárez o si preferían en alguna otra, pero que habría esa disponibilidad”, estableció en la conferencia en la que respondió en italiano y español. “Era prácticamente imposible recibir a todos esos grupos, que por otro lado también estaban enfrentados entre ellos, es una situación que es difícil de comprender para mí que soy extranjero, ¿verdad?”, expuso durante la rueda de prensa de 55 minutos.
“Creo que la sociedad mexicana es una víctima de todo esto, de los crímenes, de descartar gente. Es un dolor muy grande porque este pueblo no se merece un dolor como éste”, indicó. Además, consultado sobre sus sueños, el pontífice planteó que sueña con «ir a China«, ya que es una cultura que le gusta «mucho«.