Si no fue suficiente el incidente con el obispo Barros de Chile, ahora viene el caso Eguren. Y es que el papa Francisco ofició un encuentro con sacerdotes y religiosos de la ciudad de Trujillo cuyo anfitrión principal fue monseñor José Antonio Eguren Anselmi, arzobispo de Piura y uno de los fundadores del Sodalicio de Vida Cristiana.
Eguren es señalado por un grupo de exmiembros del Sodalicio como victimario en la denuncia ampliatoria que se presentó ante el Ministerio Público en octubre de 2015, por delitos de secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir.
Junto al fundador, Luis Figari, y el obispo Eguren, aparecen como implicados también los sodálites Jaime Baertl, VirgiliO Levaggi, Óscar Tokumura, Erwin Scheuch, entre otros.
Eguren Anselmi fue el responsable de inaugurar la visita del papa Francisco a los sacerdotes y religiosos del norte peruano. En su discurso de bienvenida, dijo al pontífice “su paternal gesto de acogernos y queremos con nuestra presencia manifestarle nuestra total adhesión, obediencia y afecto filial”.
Mons. Eguren agregó luego “nuestra más absoluta disponibilidad para vivir nuestra vocación sacerdotal, consagrada, y nuestro período de formación como seminaristas, según el Corazón de Cristo, ejerciendo con alegría y caridad sincera la obra del Señor con el único anhelo de agradar a Dios y servir a nuestros hermanos y no a nosotros mismos”.
EGUREN IMPLICADO TRÁFICO DE TERRENOS
El año pasado, se dio a conocer que una empresa vinculada al Sodalicio de Vida Cristiana habría pagado a la banda La Gran Cruz del Norte para apropiarse de terrenos en Piura, donde hoy se construye un proyecto inmobiliario, según un reportaje de Al Jazeera.
Según la investigación realizada por los periodistas Daniel Yovera y Seamus Mirodan, bajo la producción de Paola Ugaz, la compañía Inmobiliaria Miraflores Perú S.A.C. –cuyo accionista mayoritario es la Asociación Civil San Juan Bautista, vinculada al Sodalicio– contrató a delincuentes para desalojar a los posesionarios de terrenos de la comunidad campesina de Castilla, que se destinarían al proyecto Miraflores Country Club.
En dicho reportaje de Al Jazeera se menciona el nombre de Eguren. El testimonio de Samuel Alberca, quien liderara una organización que luego se convertiría en La Gran Cruz del Norte, refirió que, tras salir de la cárcel en el 2011, fue convocado –junto con Dennis Cruz– a una reunión por el actual arzobispo de Piura, monseñor José Antonio Eguren. Según él, en la reunión se acordó el pago por invadir los terrenos.