Como la prensa se volvió un megáfono del papa Francisco por su encíclica anti-cambio climático y el tribunal para protectores de pederastas, evitaron convenientemente su discurso a obispos de Letonia y Estonia el 11 de junio.
Pues ahí, el viejo Frank pidió combatir el “peligroso laicismo”, el matrimonio igualitario y el divorcio:
Al comienzo de su discurso impreso, le dijo a los obispos que están llamados a luchar contra los “insidiosos peligros” del “laicismo y el relativismo”.
“Además, deseo además compartir con ustedes el firme deseo de promover la familia, que es un don de Dios para la realización del hombre y la mujer creados a su imagen, y que es la ‘célula fundamental de la sociedad’, ‘el lugar donde los padres transmiten la fe a sus hijos'”, dijo, citando el Evangelio de la Alegría.
“Por otro lado, hay que reconocer que hoy en día el matrimonio a menudo se considera una forma de gratificación emocional que puede establecerse de cualquier forma y ser modificado de acuerdo a la sensibilidad de cada uno de ellos”, agregó. “Por desgracia, tal concepción reductiva influye también la mentalidad de los cristianos, causando una facilidad de que recurran al divorcio o separación de facto“.