Tanto el Gobierno como el PSOE optaron por “no comentar” la información publicada por ‘Vozpópuli’. El presidente de los obispos ya se ofreció en 2017 a interceder entre las partes
El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal, ha declinado la petición que le hizo Carles Puigdemont para ser el relator entre el Gobierno central y la Generalitat de Cataluña y que adelantó en exclusiva Vozpópuli el pasado jueves. Según ha sabido este diario por fuentes del entorno del presidente de los obispos, Omella ha rechazado la petición del prófugo de la Justicia, “a menos que me obligue el Papa”.
El PSOE, por su parte, opta por “no comentar” la información que sitúa el nombre del cardenal en las negociaciones entre el expresidente catalán y Moncloa para que los siete diputados de Junts en el Congreso voten la investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez. Precisamente, este sábado los socialistas celebran su comité federal para convocar una consulta a la militancia sobre el acuerdo con Sumar, que no contiene mención alguna a Cataluña o a la amnistía, y sobre el resto de acuerdos a los que Ferraz llegue con el resto de grupos pese a no haberse cerrado aún. Esa es la treta de Sánchez para legitimar con sus militantes los acuerdos a los que llegue con los secesionistas.
En teoría, el comité se prevé tranquilo, pero la presencia confirmada de Emiliano García Page augura algún rifirrafe, ya que el presidente de Castilla-La Mancha es una de las pocas voces discrepantes con la dirección por su política de alianzas con el independentismo. Page ha dicho esta misma semana que la amnistía a Carles Puigdemont no cabe en la Constitución. Pero eso es lo que está negociando el líder de su partido para ser investido. Otro socialista con renombre, Odón Elorza, expresó este viernes su deseo de posicionarse abiertamente sobre la amnistía, aunque no ha precisado en qué sentido. Aunque el socialista vasco ya criticó los indultos a los dirigentes del procés.
El Gobierno también elude valorar el asunto sin desmentirlo. Dos fuentes del núcleo duro de Sánchez -una de ellas parte del equipo negociador del presidente en funciones-, preguntadas por este diario, evitan valorar o comentar la información. En una línea similar se expresa la Conferencia Episcopal Española cuando se le pregunta al respecto. “No vamos a entrar a comentarlo. Ni lo confirmamos ni lo desmentimos”, asegura un portavoz oficial.
En efecto, el expresidente catalán propuso al cardenal Omella como relator para negociar con el Gobierno una solución pactada al procés. Lo cierto es que Puigdemont exige al candidato socialista a la investidura que acepte la figura de un relator si quiere sus apoyos. El problema es que el núcleo negociador del presidente –Félix Bolaños, María Jesús Montero y Santos Cerdán– no termina de verlo, aunque tampoco se cierra en banda. De hecho, es uno de los puntos que mantienen la negociación enquistada.
Sánchez ya aceptó un relator en 2019
Hay que reseñar que en 2019, el mismo Sánchez aceptó esa figura tras su encuentro en Pedralbes con el entonces presidente catalán Quim Torra, lo que provocó una convulsión interna en el PSOE. El prófugo de la Justicia española no ha optado por Omella por casualidad. Ni mucho menos. Su inclusión en una hipotética negociación entre la Generalitat y el Gobierno central tendría repercusiones impactantes, porque internacionalizaría la causa soberanista; revolvería a la derecha española y arrastraría a la Iglesia a un conflicto entre administraciones.
A Omella, que ya estaba al frente de la archidiócesis de Barcelona durante la declaración unilateral e ilegal de independencia de octubre de 2017, se le considera un intransigente con la cultura woke, defensor de la familia tradicional y firme opositor a la ideología de género. Pero en el plano político ha sabido entenderse con el Gobierno de coalición y ha sido comprensivo con el separatismo. La Conferencia Episcopal dio el visto bueno a los indultos de Pedro Sánchez porque el cardenal los impuso a pesar de las discrepancias en el seno del organismo.
Omella ya buscó un papel de mediación en Cataluña. Siendo arzobispo de Barcelona se ofreció a arbitrar entre la Generalitat y La Moncloa en los momentos más críticos del procés. La protesta airada del Gobierno de Mariano Rajoy ante el Vaticano le costó una desautorización del Sumo Pontífice. El cardenal siempre ha sido benevolente con el sentimiento independentista. No solo respaldó e impuso el apoyo de la Iglesia española a los indultos de Pedro Sánchez a los líderes del procés, es que llegó a decir que las iglesias catalanas deben ser “inclusivas” y aceptar símbolos independentistas.
Conexión directa con el Vaticano
Lo cierto es que Omella está asumiendo cada vez más peso como confidente del Papa desde que le nombró en marzo de este año miembro del Consejo de Cardenales; el mismo que le asesora en el gobierno de la Iglesia. Además, el arzobispo de Barcelona es parte primordial de diálogo que el Vaticano arrancó en 2021 por todo el mundo para tratar los temas que preocupan a la Iglesia de cara al futuro. La designación de Omella para este cometido revela la confianza de Francisco en él para pivotar la ‘reforma’ de la Iglesia.
El responsable de las relaciones con la Iglesia en el Ejecutivo es el ministro de Presidencia, Félix Bolaños -integrante de la tríada negociadora de Sánchez con Junts-. Él tiene línea directa no solo con Omella, a quien conoce bien, sino con el Vaticano. Sin embargo, hay otro nombre en el Consejo de Ministros que mantiene grandes relaciones con la Iglesia: la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz. Es más, se da la circunstancia de que es la única integrante del Gobierno que se ha reunido con el Papa y con el mismo Puigdemont, al menos de forma pública.
Ya en 2022, en el marco del II Congreso Iglesia-Sociedad democrática -que trata de promover el rol de la Iglesia en la sociedad y su diálogo con la política, la economía, etc- Omella y otros responsables eclesiásticos se citaron con Díaz, así como con el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, y la ministra de Educación, Pilar Alegría, quien también pertenece a la comisión negociadora orquestada por el PSOE para desatascar la investidura de Pedro Sánchez. En caso de efectuarse, esta se celebraría la semana del 6 de noviembre, según varias fuentes socialistas de peso consultadas por Vozpópuli.