Comentarios del Observatorio
Desde el movimiento laicista se apoya la celebración de ceremonias civiles con participación de autoridades públicas en los momentos más señalados de una persona en tanto que ciudadana, como son su presentación e incorporación a la comunidad tras el nacimiento, la mayoría de edad, la unión o matrimonio y la muerte.
Las religiones han monopolizado en determinados momentos de la historia los ritos de paso, pero no son patrimonio exclusivo de ninguna de ellas. De hecho, los ritos fúnebres se consideran las primeras expresiones de humanidad en los primates, previo a la aparición de cualquier religión. En el caso de España, hace siglos que la Iglesia Católica se impuso y hasta el final del franquismo era obligatorio seguir sus ritos (y en general profesar su fe y seguir su moral particular).
Es una buena práctica de las administraciones ofrecer vías para la celebración de ritos de paso civiles y fomentar la convivencia ciudadana, ensalzando los elementos comunes a todas las personas, independientemente de las convicciones de cada cual.
El Obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, ha recurrido a una cita de Aristóteles para criticar la decisión del Ayuntamiento de Valencia de aprobar la celebración de una suerte de ”bautizos civiles”, dirigidos también a no creyentes.
El consistorio de la capital levantina española ha encargado a su Servicio Municipal de Actas que elabore el protocolo de una ceremonia de “bienvenida a los recién nacidos” que se ofrecerá a los ciudadanos.