“A pesar de todo el niño sigue siendo un ser humano”, dijo el prelado irlandés Kevin Doran
El obispo irlandés Kevin Doran afirmó que algunas mujeres que quedan embarazadas tras ser violadas y luego abortan lo hacen, probablemente, para “vengarse” del agresor.
El prelado, que dirige desde 2014 la Diócesis de Elphin, situada al oeste de Irlanda, efectuó esas declaraciones coincidiendo con la primera jornada de la llamada “Reunión de Primavera” que celebra cada año la conferencia episcopal.
“A pesar de todo el niño sigue siendo un ser humano. No puedes destruir una vida para vengarte del violador de la madre”, dijo el obispo, de 61 años, en una entrevista con la emisora de radio Newstalk.
Doran comparó el aborto con la eutanasia aplicada a “pacientes terminales”, al tiempo que afirmó que “matar a otro ser humano es siempre pecado”.
Indicó, en todo caso, que no es su intención juzgar la actuación de las miles de mujeres irlandesas que viajan cada año al Reino Unido para abortar: “Eso queda entre ellas y Dios. No es un asunto de debate público”, expresó al ser consultado por si esas mujeres también habían pecado.
Respecto a la posibilidad de abortar por malformación del feto -supuesto que no contempla la legislación irlandesa- Doran volvió a destacar el “valor de la vida” por encima de cualquier otra consideración.
“Decir que la vida de un niño debe ser terminada porque no vivirá es decir que esa vida no tiene valor”, señaló.
En diciembre de 2013 entró en vigor en la República de Irlanda la primera ley sobre el aborto de su historia, una legislación que permite la interrupción del embarazo cuando la vida de la madre corre peligro.
La ley continúa siendo, sin embargo, una de las más restrictivas de Europa y prohíbe el aborto en casos como violaciones, incestos y malformación del feto.