El Vaticano anuncia 17 normas para prevenir abusos en la Iglesia
La posesión de pornografía infantil, el abuso de discapacitados mentales mayores de edad o la grabación de confesiones con nuevas tecnologías serán considerados en adelante "delitos graves" por parte del Vaticano cuando quien los cometa sea un sacerdote. Son parte de las 17 nuevas normas anunciadas ayer por la Santa Sede para combatir la pederastia entre el clero. En los casos más graves, los curas abusadores serán expulsados de su ministerio.
La Iglesia da así un paso adelante en la política de "tolerancia cero" auspiciada por Benedicto XVI contra la pederastia, publicando nuevas y más duras normas contra esta lacra que ha salpicado a curas católicos de todo el mundo. Los cambios introducidos en las Normae de gravioribus delictis, que actualizan las reglas publicadas por Juan Pablo II en 2001, se convierten además en ley de la Iglesia, a diferencia de la regulación previa, que sólo servía para el mandato del Papa polaco.
Entre las 17 nuevas normas aprobadas por el Vaticano, destaca el incremento del tiempo de prescripción de los delitos que pasa de 10 a 20 años después de que la víctima cumpla la mayoría de edad, la mayor agilidad del proceso o que los sacerdotes delincuentes deban someterse a dos procesos: uno canónico (dentro de la Iglesia) y otro en los tribunales de Justicia, con los que estarán obligados a colaborar.
En una carta explicativa, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, subrayó la intención del Papa de que "los procedimientos sean más rápidos". Para el jesuita, la publicación de estas normas "supone una gran contribución a la claridad y a la certeza del derecho en un campo en el que la Iglesia en estos momentos está muy decidida a actuar con rigor y con transparencia", algo de lo que hasta la fecha no ha podido presumir.
"Naturalmente, también son necesarias otras muchas medidas e iniciativas, por parte de diversas instancias eclesiásticas", reconoció Lombardi, quien mostró su esperanza en que "este doloroso caso de la crisis debida a los abusos sexuales por parte de miembros del clero" lleve a la Iglesia a estar siempre vigilante y no bajar la guardia.
Sin embargo, distintas asociaciones de víctimas consideraron "insuficientes" los cambios. "Están en la luna", declararon las víctimas del clero en Estados Unidos, quienes insistieron en que la solución no está sólo en endurecer las normas de castigo, sino en creer y acoger a los denunciantes. "En todo el mundo, las autoridades de la Iglesia optan por creer a los acusados y no a los denunciantes, rehúsan hablar (…) de estos casos (…) e ignoran las denuncias de abusos sexuales", recalcaron.
La Santa Sede ha introducido otro grupo de normas en esta reforma legal. Así, a partir de ahora se considerará delito penal (eclesiástico) la "atentada ordenación sagrada de una mujer" como sacerdote, o la de aquellos que simulan impartir los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia.