El 20 de enero de 2017 será recordado como el día de la posesión de Donald Trump, fecha que marcó un cambio notable en la política estadounidense.
La era Trump ha dado señas de ser hostil y despreciar la ciencia y la razón. Desde la campaña por la presidencia Trump mostró su rechazo por la ciencia al señalar que «el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, para volver a la industria manufacturera menos competitiva»
Pero no solo Trump ha hecho gala de su desdén por la ciencia. Gran parte de los integrantes de su gabinete han mostrado posturas similares.
Veamos a algunos miembros de su gabinete.
Mike Pence, reunido con líderes religiosos, firmando ley que permite discriminar en los comercios a personas LGBTI aduciendo «libertad religiosa» |
Enemigo declarado de la igualdad LGBT, de la evolución y la separación entre Estado e iglesias.
Este evangélico, como gobernador de Indiana firmó una ley que “de restauración de la libertad religiosa” que permite a establecimientos comerciales negarse a atender o dar un servicio a personas LGBTI alegando razones religiosas.
Pence cree que la libertad religiosa da permiso para discriminar a quienes así deseen y que cualquier crítica es una afrenta a dicha libertad.
Rick Perry, Secretario del Departamento de Energía.
Es la peor decisión posible en materia de energía. Perry, quien antes manifestaba que este departamento debía acabarse, ha sido el elegido por Trumpo para dirigirlo. Afirma que el cambio climático no existe y desestima la conversión a energías renovables.
Perry vendrá a reemplazar a Ernest Moniz, un respetado físico nuclear, con un amplio reconocimiento en diferentes instituciones científicas y con un PhD en física teórica de la Universidad de Stanford. Perry viene del sector político republicano, defensor de la industria petrolera, sin especialización alguna en ciencias y además es un fanático religioso que no tuvo problema en encabezar una cadena de oración para hacer frente a una sequía en Texas, estado del que fue gobernador.
Los estragos más grandes de Perry no serán solo en la laicidad de los Estados Unidos sino que tendrán consecuencias mundiales al negar el calentamiento global e impulsar aún más el uso y explotación del petróleo y el carbón.
Ben Carson, secretario de vivienda.
Es un neurocirujano miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. En sus anteriores declaraciones se mostró como un convencido creacionista. Se ufanaba de ser «hijo de dios y no descendiente de un mono», ya que pensar esto último era «tan solo una ideología». Sobre la biología evolutiva, la geología y la cosmología afirmó que eran «parte de un plan satánico» para alejar a la gente de Jesús.
También ha declarado que las personas gays y lesbianas lo son por una elección personal, no que en algún momento de su vida descubrieron su orientación homosexual. También llegó a afirmar que las pirámides de Egipto no eran tumbas de faraones sino que eran los graneros que la Biblia dice que construyó Josué. Cabe recordar que no hay ningún registro histórico que confirme el relato bíblico.
Carson llegó a ser contemplado para encabezar la cartera de educación, pero luego fue puesto en la de vivienda, en la que tampoco tiene experiencia alguna.
El palo en la rueda para la educación secular. |
Jeff Sessions, fiscal general
Metodista, proveniente del sureño estado de Alabama. Durante la adminsitración de Ronald Reagan fue rechazado por acusaciones de racismo. Ahora será el encargado de velar por los derechos de las minorias. Sobre las personas no religiosas declaró «los seculares no entienden la verdad».
Este senador estadounidense de Alabama ha llamado a la separación entre la iglesia y el estado como una «doctrina extra-constitucional»
Las opiniones de Sesiones jugaron un papel clave en mantener una cruz de 29 pies de altura en un edificio público del en el sur de California. También ha alentando la exhibición de los Diez Mandamientos en instalaciones gubernamentales.
Nikki Haley, embajadora de los Estados Unidos ante la ONU
Nikki Haley, fue gobernadora de Carolina del Sur. Es metodista y fue criticada por organizar un masivo rally de oración.
La ACLU de Carolina del Sur presentó una solicitud abierta de registros solicitando una explicación de si los fondos de los contribuyentes se utilizaron para promover la religión durante ese mitin.
Haley es antiderechos y votó por un proyecto de ley que exigiría a las mujeres que desearan interrumpir el emabarazo, ver un ultrasonido del embrión, y luego esperar 24 horas antes de que se le permita tener un aborto. Con Halley en la ONU se preveé toda suspensión de presión de Estados Unidos para detener la persecución y muerte de personas LGBTI en otros países.
Nubarrones oscuros se ciernen sobre las libertades y la ciencia en los Estados Unidos.