“¿Y eso es lo que predica la Iglesia?”
“Si no te fías de un cura, ¿de quién te vas a fiar?”. Esta es la pregunta que se ha hecho Mar Martino en Salvados este domingo. El programa, conducido por Fernando González, Gonzo, ha sacado a la luz los negocios inmobiliarios del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes.
El periodista ha desvelado que el arzobispo ha gestionado “12 millones de euros en ventas” y que “el gran problema es que ese dinero no aparece en las cuentas de la asociación privada cuyo patrimonio ha ido vendiendo”.
Entre los afectados por las gestiones inmobiliarias está Mar Martino, una vecina del pueblo asturiano de Coya desde 1995, quien ha contado a Gonzo su mala experiencia con el Arzobispado de Oviedo.
A finales de 2019, Martino tuvo que dejar su casa por problemas personales, “de temas de herencias”, por lo que se puso a buscar otra en la que pudiera vivir junto a su tía de 92 años y su compañero. Aunque en principio se fueron a casa de su hija, se les ocurrió la idea de preguntar al cura del pueblo si podrían vivir en la casa parroquial, que en ese momento estaba vacía y prácticamente abandonada.
Apropiación de bienes, negocios inmobiliarios, gobiernos que miran a otro lado, un obispo convertido en agente inmobiliario…
‘El casero de Dios’ con @FerGonzo en menos de dos minutos. pic.twitter.com/CppqYOvSrd— Salvados (@salvadostv) May 20, 2021
Martino logró el sí del cura y obtuvo un acuerdo con el Arzobispado de Oviedo, que le obligaba a pagar un alquiler de 350 euros mensuales más acarrear con los gastos de la reforma integral de la vivienda. El cura le dio permiso para comenzar con las obras mientras se iba gestionando el contrato, pero el Arzobispado comenzó a darle largas y la firma no se producía.
Martino había invertido más de 3.000 euros cuando le llegó la llamada que menos se esperaba: le denegaban el alquiler. La noticias, además, llegó con una amenaza que la mujer cuenta con incredulidad: “No te pongas tonta, porque si te pones tonta, te vamos a denunciar por okupa”.
″¿Y eso es lo que predica la Iglesia?”, sentencia Martino, quien afirma sentirse “defraudada, engañada y robada”.