El primer ministro israelí quiere movilizar al máximo de tropas para seguir adelante con el genocidio palestino.
Hasta la fecha, los judíos ultraortodoxos no estaban obligados a realizar el servicio militar si justificaban que dedicaban su jornada a los estudios religiosos. Contaban así con privilegios respecto al resto de la población judía que sí está obligada a ello. Esta exención se estableció tras la creación del Estado de Israel en 1948 y beneficia a más de 65.000 hombres de 18 a 26 años.
El 11 de junio, el parlamento de Israel aprobó un proyecto de ley que acaba con dichos privilegios y que permitirá reclutar a judíos ultraortodoxos. La legislación, impulsada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, pasará ahora a las comisiones parlamentarias para su consideración antes de ser sometida a su aprobación definitiva. El proyecto de ley, aprobado con 63 votos a favor y 57 en contra, ha suscitado mucha polémica en el seno de la sociedad israelí.
Se trata de una maniobra de Netanyahu que busca aumentar y movilizar el máximo de tropas israelíes para sostener en el tiempo la masacre que está llevando a cabo contra el pueblo palestino. Precisamente la comunidad ultraortodoxa permitiría nutrir las filas del ejército con un gran número de hombres ya que se trata de uno de los grupos de población con más hijos.
Los judíos ultraortodoxos son, con diferencia, el sector que más rápido crece en la sociedad israelí, teniendo, de media, siete hijos por familia. Este grupo representa alrededor del 14 por ciento de la población, lo que supone unos 1,3 millones de personas.