Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.
Foto: Freepik

Naciones regidas por la religión: así son los estados teocráticos o confesionales

En los últimos días de la LXI Legislatura, en el Congreso del Estado se retomó y aprobó la iniciativa para la despenalización de la interrupción legal del embarazo en Puebla. Esto hizo que las voces en contra del aborto se pronunciaran, incluida la Arquidiócesis de Puebla, institución que pidió a los legisladores no dar avance a esta iniciativa, a pesar de que la iglesia no tiene injerencia en la política del país.

El arzobispo Víctor Sánchez Espinosa se pronunció en contra del aborto y días previos a la aprobación de las reformas al Código Penal del Estado la Arquidiócesis publicó un comunicado manifestando su molestia por el tema. México es un estado laico y la iglesia no dicta las normas sociales ni de gobierno, aunque esto es algo que sí pasa en otros países donde la religión rige la vida pública.

En el mundo hay dos formas en las que se ejerce el gobierno a través de la religión, ya sea con los estados confesionales o con los teocráticos. En el primer caso se adaptan los ordenamientos políticos y sus leyes a lo que dicta su doctrina, aunque no se impone la religión a toda la población; en el segundo, las autoridades políticas se consideran emanadas de un dios, por lo que ejercen a través de una casta sacerdotal o monarca.

En ambos casos, se deja de lado la laicidad del estado y las normas políticas y sociales se rigen de acuerdo con lo que dice la religión oficial. En el mundo hay diversos ejemplos de estados confesionales y teocráticos en donde la vida pública la dicta un credo y los castigos por la desobediencia pueden ser severos.

Estados regidos por la religión

Uno de los máximos ejemplos de lo anterior es Arabia Saudita, un estado con monarquía teocrática dirigida por la ley islámica o la Sharia que emana del Corán, el libro sagrado del islam que representa la palabra de Dios. Este es un estado monárquico absolutista y se impone para toda la población, por lo que no hay cabida para la deserción de credo en el territorio.

La aplicación abarca casi todos los aspectos como son el derecho penal, la moralidad, las relaciones sociales, la familia y ciertos aspectos de la vida privada de las personas. Las sanciones por desobedecer pueden ser la amputación de extremidades por delitos como robo o la pena de muerte por separarse de la Sharia, así como penas de cárcel y castigos físicos por homosexualidad.

Un ejemplo más de esta forma de gobierno es Irán, un país donde la política y la vida pública también están basada en la Sharia. Al igual que en Arabia Saudí, aquí se aplican sanciones por delitos como el consumo de bebidas alcohólicas, por relaciones sexuales sin estar casados o por actos que atenten contra el Sharia, como lo es la blasfemia que se castiga con azotes, estadía en la cárcel o hasta con la pena de muerte.

Aunque en el papel Israel tiene un estado laico, en los hechos también ejercen una legislación con religión judía, siendo este un modelo atípico en el que no se apega plenamente a ser un estado confesional, y dista de ser una teocracia. En Israel, el judaísmo también juega un papel importante en la conformación de la política y la vida pública del país, así como en la forma en que se relacionan con otras naciones.

La mayor parte de las decisiones se toman partiendo de la doctrina judía, por ejemplo, las leyes sobre matrimonio, divorcio y días festivos están influenciadas por las diferentes tradiciones judías. Una de las políticas más importantes también es la forma en que otorgan la nacionalidad, pues solamente las personas que profesan la religión pueden acceder a ella.

A diferencia de los ejemplos anteriores, en Israel las penas por no acatar los mandamientos del judaísmo no son castigadas y, en caso de ameritarlo, se hace con base en el estado de derecho y no necesariamente en lo religioso.

Un caso más de un país confesional es el de Estados Unidos, una nación en la que inclusive los presidentes entrantes rinden protesta haciendo un juramento con la Biblia en la mano. A lo largo de la historia, la moralidad religiosa del cristianismo ha influido en cuestiones como los temas que se abordan en las aulas, con casos de padres que piden enseñar el creacionismo en lugar de la evolución.

Esto también ha llevado a que las leyes se hagan con base en la moral cristiana, por lo que gran parte de la población está en contra del aborto, la eutanasia y los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+. Algunos estados tienen leyes más restrictivas basadas en creencias religiosas, pero en su mayoría los delitos se castigan con base en el derecho, pero con juicios que parten de la moral religiosa.

Finalmente, está el caso de la única nación teocrática regida en todo aspecto por la religión, que es el Vaticano, que si bien no es un país en el sentido convencional, es una ciudad-estado con su propio sistema legal. Su forma de organización es con base en el derecho canónico, basado en la doctrina de la religión católica, siendo también la única nación con un líder religioso.

Esta forma de organización influye en las decisiones legales y morales dentro de sus fronteras, pues a pesar de estar dentro del territorio de Italia, tiene autonomía en sus decisiones políticas. La máxima autoridad dentro del Vaticano es el Papa, quien tiene la facultad de ordenar obispos, establecer diócesis y otras estructuras pastorales, promulgar leyes para la iglesia, aprobar institutos religiosos supradiocesanos, entre otros permisos.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share