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Nacionalcatolicismo e ignorancia

A prósito del artículo ¡A por el Civilcatolicismo! de Teodoro León y el sentido de los ritos de paso.

El artículo  ¡A por el Civilcatolicismo!, se reproduce también al finalizar este texto.
 
El artículo de miércoles pasado de León Gross supone que los ritos de paso los inventó la Iglesia Católica y que España es una de su propia particular convicción.
 
La cristiana como los miles de religiones que han existido no pudo no asumir los ritos de paso que se celebran en todos los grupos humanos de convivencia, y los vistió de sacramentos, que es lo único que conoce el autor.
 
Limitado por espacio, solo puedo decirle que hay más convicciones de igual derecho  que la suya, y que en otro punto que toca de titularidades festivas ya está bien de celebrar todos los españoles nacimientos y muertes, resurrecciones, ascensiones, asunciones y exenciones de pecados prenatales irracionales, válidos para él y los suyos. Muchos millones de españoles no creen en esas cosas.
 
El ámbito público político es el de igualdad y concordancia de todas las diferencias. Y no vienen mal actos simbólicos de pertenencia y de participación mutua con los individuos, más allá de lo administrativo, lo fiscal y lo electoral.
 
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¡A por el Civilcatolicismo!

De este modo Izquierda Unida, que siempre ha tenido melancolía del Catolicismo Civil, disfrutará su propia religión

10.12.13 – 00:53 –
TEODORO LEÓN GROSS |
Izquierda Unida quiere regular el 'bautizo civil'; al menos en Andalucía, tierra de promisión. Se proponen mejorar el mundo real, y de momento ofrecen una alternativa a ese sacramento religioso con una 'ceremonia laica de bienvenida a la sociedad democrática'. Es una idea deliciosa. Hay que acabar con la desigualdad de que solo los niños católicos tengan de por vida un reportaje fotográfico de ese día inolvidable. Toda criatura tiene derecho a ser retratada mientras la ungen, si no con los santos óleos, al menos con combustible diésel de fabricación soviética; y si no con tocado blanco, siquiera con un pequeño mono azul de recién nacido al lumpenproletariat.
Todo empezó con las comuniones laicas. Ante el agravio social de las comuniones reservadas solo para quienes creían en la comunión, la sociedad no podía permanecer inerme. Cierto que en general la vida nunca ha tardado, por sí misma, en darte la primera hostia; pero eso se podía mejorar con un programa de evangelización civil. Eso sí, el éxito del programa pasará por civilizar la Navidad. Hay que acabar con la absurda idea de que el nacimiento de Cristo protagonice esta fiesta que conmemora el nacimiento de Cristo. De momento en el portal estaría el Niño Obrero, y a su lado velándolo Lenin y Rosa de Luxemburgo, con Marx como ángel protector (el burro y el buey se pueden quedar, ya que son bestias de trabajo). En definitiva una sociedad democrática debe tener alternativas, y eso incluye una Navidad Civil.
Después, claro, la Semana Santa Civil. Es otro momento clave en el calendario. Desde el Lunes Laico hasta el Domingo de Resurrección de los Derechos Laborales, se sacarían imágenes en procesión -Hermandad de la Última Cena Sindical, Humillación del Patrono, Nuestra Señora del Gran Poder Obrero… hasta el Sepulcro del Capitalismo- sustituyendo las hileras de nazarenos por manifestaciones: 'la marea verde', 'la marea blanca', etcétera. Serían días de mucho recogimiento… de firmas.
Cada domingo a las 12:00 se celebrará la misa laica. A esto se le seguirá llamando 'el aperitivo'. Quien elija ir a la misa católica naturalmente recibirá la excomunión laica.
Y finalmente, en lugar de la Extrema Unción, se instaurará una Ceremonia Civil de Despedida de la Vida. Un sindicalista liberado como cura civil -habrá miles de cursos de formación para eso- bendeciría a los desahuciados, aunque no con agua bendita sino brindando con una copita de Machaco. Como debe ser.
De este modo Izquierda Unida habrá logrado, por fin, tener su propia religión. Lo suyo siempre ha tenido mucho de melancolía del Catolicismo Civil; una iglesia con sus obispazos, sus cursillos de cristiandad y sus sagradas escrituras. Desde luego hay algo seguro: si algo se parece a un meapilas religioso es un meapilas laico.
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