El presidente egipcio, Mohamed Mursi, se ha comprometido a no instaurar un Estado "militar ni teocrático" ante la canciller alemana, Angela Merkel, que condicionó todo apoyo económico a la estabilización del país y el respeto a las reglas del Estado de Derecho.
Egipto actuará "al lado de la comunidad internacional", aseguró Mursi tras reunirse en Berlín con la canciller, mientras Merkel insistía en que el mantenimiento de la "buena cooperación" bilateral pasa por el respeto a los derechos humanos, el diálogo "con todas las fuerzas políticas" y la libertad religiosa. La cita en Berlín, inicialmente prevista como visita oficial de tres días, quedó reducida a un formato mínimo y era la única etapa del viaje de Mursi por Europa, tras cancelar a última hora su paso posterior por París debido al estado de emergencia en su país.
Mursi defiende que en Egipto existe un "Gobierno estable"
Mursi subrayó que en Egipto existe un "Gobierno estable" pese a la ola de protestas violentas desatadas con motivo del segundo aniversario de la revolución egipcia. Sin embargo, la situación del país sigue siendo extremadamente crítica e inestable. El martes, el ministro de Defensa advirtió del peligro de un posible "colapso del Estado", derivado de la confrontación social, que lejos de aminar, repunta con cada nueva decisión del Gobierno. Hoy, dos hombres han muerto por disparos de origen desconocido en la plaza Tahrir de El Cairo, donde se siguen registrando enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y policías antidisturbios. Con éstos ya son 54 los fallecidos en la última semana a causa de los disturbios más sangrientos desde la llegada al poder de Mursi, en junio de 2012.
En tanto, el presidente egipcio ha insistido ante Merkel que la declaración el pasado domingo del estado de emergencia en varias ciudades del país es "una medida temporal" que "tiene como fin garantizar la seguridad de la población y acabar con los ataques criminales". De momento, el gobernador regional de Ismailia ha reducido de nueve a tres horas el toque de queda en la ciudad. Sus homólogos de Suez y Port Said han indicado que todavía están discutiendo el asunto.
Mursi insistió en que no pretende instaurar un régimen presidencialista y que está abierto al diálogo "con todas las fuerzas políticas". "Egipto está en la senda de lograr una sólida gobernabilidad y un estado de Derecho como marco de un estado civil, no un estado militar ni un estado teocrático sino un estado institucional civil", ha afirmado el mandatario. Preguntado sobre si está dispuesto a formar un gobierno de unidad nacional con la oposición, Mursi ha explicado que el nuevo parlamento que será elegido en los próximos tres o cuatro meses será el encargado de elegir a los miembros del nuevo gobierno.
El líder opositor Baradei reclama una reunión para iniciar un proceso de diálogo "serio"
El veterano líder opositor egipcio y premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, ha reclamado una reunión "inmediata" entre Mursi, los ministros de Defensa e Interior y los representantes del partido gubernamental, de la oposición y de los salafistas "para poner fin a la violencia" e iniciar un proceso de diálogo "serio".
Por su parte, Merkel ha transmitido a Mursi que confía en que haya conversaciones entre todas las fuerzas políticas en Egipto para poner fin a la crisis que sufre el país, al tiempo que ha subrayado que el Gobierno debe respetar los Derechos Humanos. "Una cosa que es importante para nosotros es que la línea del diálogo esté siempre abierta para todas las fuerzas políticas en Egipto, que las diferentes fuerzas políticas puedan hacer sus aportaciones, que se respeten los Derechos Humanos y, desde luego, que se pueda ejercer la libertad religiosa", ha afirmado Merkel, en una rueda de prensa conjunta con el mandatario egipcio.
Sobre la libertad religiosa, el presidente egipcio ha subrayado de nuevo que nunca ha tenido nada en contra de la comunidad judía y que no es un "enemigo de Israel" antes de recalcar que las declaraciones que realizó en 2010, en las que calificaba a los judíos de "chupadores de sangre" o "monos", han sido sacadas de contexto. "Yo hablaba sobre las prácticas y el comportamiento de los creyentes de cualquier religión que derraman sangre o atacan a personas inocentes o civiles. Ese es el comportamiento que condeno", ha argumentado.
El presidente egipcio niega que sea un "enemigo de Israel"
La canciller observó a su interlocutor con expresión severa en prácticamente toda la comparecencia -limitada a veinte minutos y dos turnos de preguntas, alternadas a medios egipcios y alemanes- y afirmó "haber hablado" de esas declaraciones en su cita con Mursi. "Soy musulmán y ello me obliga a respetar todas las religiones", afirmó Mursi, quien frente a la severidad persistente de su anfitriona mostró en todo momento una impecable moderación.
La visita a Berlín había sido planeada meses atrás, poco después de su llegada al poder, el pasado junio, y en medio de las esperanzas entre la comunidad internacional de que Mursi encabezara una transición democrática armónica, tras la caída de Hosni Mubarak. En medios berlineses se afirmaba que Mursi acudía a la Cancillería con aspiraciones de lograr algún avance concreto para la condonación de su deuda con Alemania, de unos 2.500 millones de euros. La cifra que se barajaba, de haber respondido Mursi a las aspiraciones de la comunidad internacional, era de 240 millones de euros, cantidad que dadas las circunstancias actuales podía quedar reducida a un tramo de 30 millones.
Merkel no mencionó cifra alguna ante Mursi, quien la única cita que había mantenido de su recortada visita a Berlín, además de la que tuvo con la canciller, era su encuentro posterior con empresarios alemanes. Su visita a Berlín estuvo salpicada además por las protestas de opositores y de Amnistía Internacional contra la situación de los derechos humanos en Egipto.
Mursi y Merkel durante la rueda de prensa conjunta que han ofrecido en Berlín. –REUTERS
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