Años atrás, miles de mujeres de diversas partes del mundo fueron seducidas por los principios del Estado Islámico y su unieron a su lucha. No obstante, los constantes ataques y la escasa posibilidad de alimentos en Baghuz, el último reducto del autodenominado Estado Islámico en Siria, obligaron a estas mujeres a entregarse a las Fuerzas Democráticas Sirias. Actualmente muchas muestran arrepentimiento y en los campos de refugiados solo piensan en ser repatriadas a sus países de origen.
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