A partir de cien dólares cualquiera puede comprar una esclava en Siria o Irak. Me escandaliza como las mujeres de los partidos políticos democráticos miran hacia otro lado
Lo siento, pero no se me ocurre que haya nada más importante a la hora de comentar la actualidad que la noticia de que los bárbaros del llamado Estado Islámico se dedica a vender a mujeres que toma como amen de convertirlas en esclavas sexuales.
Dirán ustedes que con la que esta cayendo bien podría dedicar estas líneas a la decisión de Jordi Pujol a no comparecer en el Parlamento de Cataluña hasta finales de septiembre, o que bien podría comentar la entrevista entre Pedro Sánchez y Artur Mas, o que no debería de olvidar la subida del paro en agosto, e incluso el acuerdo firmado entre Rusia y Ucrania para intentar calmar las regiones del oeste ucraniano.
Sin embargo ya digo que la noticia que más me ha impactado, la que realmente me produce escándalo y ante la que no puedo permanecer impasible es ante el horror que supone que esos yihadistas que se denominan Estado Islámico y que pretenden eso, crear un Estado Islámico no solo en Oriente sino también en España (en sus vídeos reclaman Al Andalus, y no se lo tomen a broma) despojen de los más elementales derechos humanos a las mujeres que encuentran a su paso.
No solo están arrasando Iraq, y ya dominan algunas ciudades de Siria llevando el horror allí por donde pasan. No solo perpetran matanzas sino que además parecen complacerse especialmente en humillar y torturar a las mujeres.
Estos hombres, aunque me cuesta denominarles como hombres, se comportan como auténticas alimañas con todo aquel que no es de los suyos pero con las mujeres mucho más. Tanto que no solo las convierten en sus esclavas sexuales sino que las venden al mejor postor.
A partir de cien dólares cualquiera puede comprar una esclava. El precio sube en función de la belleza de la mujer o de la niña. Porque venden niñas, sí, por mucho que cueste creerlo. He escrito en otras ocasiones la extraña y enfermiza relación que tienen los fanáticos islamistas con las mujeres.
Las odian. Nos odian. Y es un odio tan rotundo, tan lleno de rabia y desprecio que realmente hace pensar que tienen un gravísimo problema mental. Y si me escandaliza la pasividad y el silencio de tantas organizaciones feministas.
Me escandaliza como las mujeres de los partidos políticos democráticos miran hacia otro lado y en el caso de decir algo lo dicen con la boca pequeña. Me escandaliza la pasividad de las instituciones europeas, llámese Parlamento Europeo, Comisión, etc.
Me escandaliza que esta noticia no sea la apertura de informativos de televisión, de radio o portada en los periódicos.
Según ha transcendido muchos ricos del Golfo Pérsico acuden a ese peculiar mercado de mujeres para hacerse con una a buen precio. No hace falta mucha imaginación para saber que clase de hombre es el que participa de esa compra-venta.
Estados Unidos y los países europeos debaten si se debe intervenir en Iraq, si deben dar armas a los kurdos para que se defiendan contra los yihadistas, mientras éstos actúan impunemente sembrando de muerte y de dolor allá por donde pasan.
Peor hay que hacer otra reflexión y es sobre la responsabilidad de Occidente en la desestabilización de la región. Imagino que George Bush estará tranquilamente en su rancho, y que Tony Blair continuará ganando dinero a espuertas porque eso de haber sido Primer Ministro le ha resultado muy rentable.
A nuestro Aznar tampoco le va mal. Y a Durao Barroso ahí le tienen de mandamás de la Unión Europea. Desde que a Bush se le ocurrió invadir Iraq el mundo no solo es más inseguro sino que en ese país las cosas han ido de mal en peor. De aquella guerra vienen muchos de los actuales lodos, entre otros el aumento del fanatismo islámico.
Pero me temo que a estas alturas tanto da mirar atrás, ahora lo urgente, sí ahora sí, es que Occidente ayude a arreglar el desaguisado que provocó en la región.
Alguien tiene que poner punto final a las matanzas, a la violación permanente de los derechos humanos, al terror y al horror que llevan consigo los hombres del Estado Islámico ¿o es que ahora a nadie le importa lo que pasa en Iraq y en Siria?
Mujeres yazidíes.
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