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El primer ministro polaco, Donald Tusk, durante una rueda de prensa en Varsovia (Polonia). — Marcin Obara / EFE

Movimientos civiles inician acciones tras el rechazo de Polonia a la ley para despenalizar el aborto

La votación en el Parlamento polaco puso en evidencia las divisiones en el seno del Gobierno liderado por Donald Tusk.

El Parlamento de Polonia rechazó hace dos semanas un proyecto de ley para despenalizar el aborto, que sigue estando prácticamente prohibido en todo el país. El texto pretendía suavizar las sanciones para las clínicas, locales y personas que ayuden a interrumpir de manera voluntaria un embarazo, por ejemplo, proporcionando píldoras abortivas. Además, también quería blindar a los médicos que practicasen un aborto durante las primeras semanas de embarazo o por anomalías fetales.

La Cámara Baja ha rechazado la propuesta con 218 votos en contra y 215 a favor, es decir, la diferencia fue de tan solo cuatro votos. El resultado ha puesto en evidencia las divisiones que existen en el seno de la coalición de Gobierno que lidera el conservador Donald Tusk. El sector ultracatólico del Ejecutivo ha tumbado la propuesta. Las asociaciones feministas aseguran que «una gran mayoría del pueblo polaco» apoya la despenalización del aborto

Antes de las elecciones del año pasado, miles de personas salieron a las calles para protestar contra el Gobierno de extrema derecha que lideraba Mateusz Jakub Morawiecki, cuyas acciones llevaron a una prohibición casi total del aborto en el país. Los movimientos civiles exigieron al próximo Ejecutivo legalizar el aborto y Donald Tusk prometió hacer el aborto legal y accesible si ganaba los comicios. Las presiones de los partidos conservadores y ultracristianos dificultan el cumplimiento de su promesa. 

El bloqueo de la propuesta legislativa hace que cualquier ayuda destinada a interrumpir voluntariamente un embarazo siga estando castigada con penas de hasta tres años de cárcel. La coalición que lidera Donald Tusk reúne a más de una docena de fuerzas políticas de tendencias dispares. El que fuera presidente del Consejo Europeo prometió consagrar el derecho al aborto si salía elegido como primer ministro de Polonia, pero las asociaciones feministas denuncian la falta de avances. Actualmente, solo está permitido abortar tras una agresión sexual o cuando supone un riesgo para la salud de las madres.

Tusk lleva diez meses como primer ministro. Hace dos semanas, uno de los grupos que integran la coalición de Gobierno presentó una propuesta para despenalizar el aborto. El Parlamento polaco rechazó una norma que permitiría, entre otras cuestiones, practicar abortos de manera legal y proteger la vida de las mujeres. La ley no salió adelante por cuatro votos que, casualmente, eran de la coalición gobernante.

Las asociaciones civiles exigen una respuesta para «proteger la vida de las mujeres» y garantizar su salud. «En tiempos como estos, debemos tomar cartas en el asunto. Queremos que el aborto sea un derecho fundamental en la UE. Con la Iniciativa Ciudadana Europea, podemos conseguir que la Bruselas apruebe una legislación que ayude a facilitar el acceso al aborto seguro y gratuito para todas las que lo necesiten. Necesitamos recoger un millón de firmas para que escuchen nuestra voz», reivindican desde la iniciativa #MiVozMiDecisión. En este enlace puedes firmar la campaña y sumarte a la causa. 

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