El Gobierno de Zaragoza va a proponer al Pleno del Ayuntamiento la modificación del Reglamento Municipal de Protocolo, de tal modo que los concejales que asistan a actos religiosos no representen a la Corporación municipal; es decir que acudan quienes así lo deseen pero a título individual.
Nuevamente se van a levantar polvaredas con esta cuestión, se hablará de «laicismo agresivo», se hablara de «intolerancia», …, pretendiendo dar la vuelta a una cuestión tan elemental como que ninguna religión tiene carácter estatal y que los poderes públicos no tienen que participar institucionalmente en actos confesionales.
El poder ejecutivo nos gobierna a todos, a los de una religión y a los de otras, a los que tienen creencias y a los que no, sin decantarse ni por unos ni por otros, en la búsqueda del avance democrático de nuestra sociedad.
En marzo de este años se celebró en Zaragoza una Jornada Laicista organizada por el Movimiento hacia un estado laico (MHUEL) y por Europa Laica; en el transcurso de los actos hubo una mesa redonda sobre la postura de los partidos políticos en Aragón sobre el laicismo del Estado (penosamente no acudieron ni el Partido Popular ni el Partido Aragonés); así, me permito recordar el compromiso de Ciudadanos, que se definió como un partido laico, y el compromiso del P.S.O.E., que nos explicó sus acuerdos programáticos en apoyo al laicismo.
Le pido a ambos partidos que sean coherentes con esta postura de apoyo a un Estado laico y que consecuentemente voten a favor en el Ayuntamiento de Zaragoza de la modificación del Reglamento de Protocolo, con el fin de disfrutar por fin, de una Corporación Municipal aconfesional.