Miles de ciudadanos se manifestaron hoy por tercera vez en Beirut contra el sistema confesional del Estado y contra los políticos del Líbano.
La protesta, que congregó a libaneses de diferentes edades y condiciones sociales, comenzó en la Plaza Sassin, en el barrio este de Achrafieh, para terminar frente al Ministerio del Interior, en el barrio oeste de Sanayeh, según pudo constatar Efe.
Los manifestantes cantaron lemas como "el laicismo es la solución", "el juego se terminó", "si pasas hambre se debe al sistema sectario", "el pueblo quiere derrumbar el sistema confesional, el régimen corrupto y recuperar sus derechos robados", y "el sectarismo es una enfermedad fatal que ataca primero al cerebro y penetra en los huesos".
También se vio una foto de los principales dirigentes libaneses, con un mensaje debajo diciendo "dejadnos tranquilos".
Este lema figuraba también en las camisetas de algunos jóvenes, mayoritarios entre los manifestantes, que enarbolaron, además banderas libanesas, mientras un grupo bailaba "dabke", danza tradicional del país.
"Queremos terminar con el sistema actual, que disminuyan los precios, el paro, que den trabajo a los jóvenes, que suban los salarios", dijo a Efe una de las manifestantes, Heba, estudiante universitaria de Recursos Humanos.
Por su parte, Fared, empleado en un banco, consideró que "el sistema sectario debe terminar ya que solo beneficia a los líderes políticos y no al pueblo".
"Queremos más desarrollo, cambios económicos, tener una vida digna. Creo que llegó el momento para lograrlo", afirmó Fares.
Para Ruba Baalbacki, una madre de dos niños pequeños, las manifestaciones no son solo para pedir el cambio del sistema confesional, sino para reclamar derechos.
"No está permitido que por el hecho de que esté casada con un extranjero, en mi caso palestino, tenga derecho a dar la ciudadanía a mis hijos -indicó Baalbacki-. Como madre no puedo permitir que se les discrimine (a mis hijos). Lucharé hasta el final para que sean considerados como cualquiera de mis compatriotas".
Las manifestaciones contra el sistema sectario en el Líbano comenzaron el 27 de febrero pasado y coincidieron con las olas de protestas que se están produciendo en el mundo árabe.