La asociación denuncia que España sigue sin ser aconfesional
"Estamos en un Estado aconfesional, que políticamente debería ser imparcial y que en la realidad no es así. Los derechos no se dan, los tenemos que conquistar". Con estas palabras anticipaba el doctor Luis Montes, anestesista acusado hace cuatro años por la Comunidad de Madrid de sedar incorrectamente a enfermos terminales en el hospital Severo Ochoa, la presentación oficial de la Asociación Movimiento hacia un Estado Laico (Mhuel).
Junto a Antonio Aramayona, coordinador de la agrupación, Montes aseguró que una acusación "tan tremenda sobre un servicio y unos trabajadores públicos no podría haber tenido esa repercusión si no es por encargo y con unos objetivos muy concretos", en referencia a las denuncias sobre su actuación por parte de sectores de la derecha. A su juicio, fue precisamente la utilización de "un tema tan sensible" la que provocó entonces la respuesta enérgica de ciudadanos defensores de un Estado laico.
Por su parte, Federico Escobar, concejal de IU en el Ayuntamiento de Sabiñánigo, insistió en que las asociaciones laicas "no atacan ningún derecho individual de creencias", y criticó aspectos como la existencia de horas lectivas destinadas a la enseñanza de la religión, el pago a curas "como si fueran empleados del Estado", la toma de posesión de cargos públicos con carácter religioso o la celebración de ceremonias de Estado confesionales, entre otros.
Con un año de vida, la asociación cuenta con unos 45 socios y 80 colaboradores.
