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México: religión «blindada»

Cercas electrificadas, alambre con púas en los muros, sistemas de alarma, las misas nocturnas canceladas… Son algunas de las precauciones que la Iglesia Católica en México ha debido adoptar para proteger sus templos de la violencia a inseguridad en el país.

Las medidas se aplican especialmente en zonas con presencia de narcotráfico, como en ciudades de la frontera norte o el sureste, donde algunos sacerdotes han sido amenazados por la banda de Los Zetas.

Y es que el clima de violencia obliga a proteger a los feligreses, afirmó el sacerdote Hesiquio Trevizo, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez.

“La inseguridad llega a tal punto que la entrada a los templos es por las oficinas, porque no pueden dejarse abiertos”, dijo en conversación con BBC Mundo.

En otros lugares como Querétaro o Guanajuato, en el centro del país, los recintos católicos permanecen cerrados la mayor parte del día, y abren sólo para las ceremonias religiosas.

Es un fenómeno reciente y que contrasta con la fuerte presencia de esta iglesia en el país.

En México existen más de 9.000 templos según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y de acuerdo con sus estadísticas el 88% de los mexicanos se declaran católicos.

Arte sacro

Uno de los problemas más serios es el robo de arte sacro en los recintos católicos, según reconocen autoridades y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el órgano de gobierno de la Iglesia Católica en el país.

De hecho, México es el país de América Latina que emite más alertas internacionales por el robo de patrimonio cultural eclesiástico, según datos de la Procuraduría General de la República (fiscalía).

La inseguridad llega a tal punto que la entrada a los templos es por las oficinas, porque no pueden dejarse abiertos

Sacerdote Hesiquio Treviso, Diócesis de Ciudad Juárez.

El fenómeno ocurre en al menos 10 estados del país, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Pero el problema no se limita a piezas artísticas. En Ciudad Juárez, al norte del país, los ladrones suelen llevarse el equipo de sonido de los templos, mientras que en Guanajuato, en el centro, el delito más frecuente es el robo de cepos con limosnas.

Miedo

Además de los templos, la inseguridad también afecta a los sacerdotes.

Recientemente la CEM pidió a los clérigos asumir una actitud “de prudencia” cuando hablen del narcotráfico.

En el país hay más de 15.000 sacerdotes católicos, y según la CEM se han presentado amenazas en al menos 9 estados.

Por eso en algunos sitios, como Ciudad Juárez, los clérigos han tomado precauciones extra.

“Tenemos miedo como toda la gente, podemos encontrarnos en un fuego cruzado como en el que han muerto algunas personas”, explicó el vocero de la Diócesis.

Capellanes de guerra

Curiosamente, la violencia en esa ciudad fronteriza aumentó el trabajo para los sacerdotes.

Las celebraciones religiosas son cada vez más concurridas, y creció el número de consultas espirituales, comentó Trevizo.

Y por el alto número de personas asesinadas, también aumentaron las solicitudes para celebrar misas fúnebres y otorgar sacramentos finales.

“Trabajamos tiempo completo, atendemos a unos y a otros como su fuéramos capellanes de guerra. Hay zonas muy intensas donde no para la violencia; algunos sacerdotes reciben hasta cinco cuerpos en un día”, dijo Trevizo.

En Ciudad Juárez han muerto más de 2.500 personas este año, según datos oficiales.

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