Aunque en diversidad de credos que se practican en Ciudad Juárez muestra un crecimiento en las últimas dos décadas, también el número de personas que no profesan ninguna fe va en aumento hasta alcanzar más del 10 por ciento de la población, de acuerdo con censos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En ese período, el número de Asociaciones Religiosas (AR) pasó de 88 que se tenían registradas en el año 2000 a un total de 102 documentadas este año, de acuerdo el Directorio de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación (Segob), actualizado el pasado 28 de marzo, y que no incluye el culto a la Santa Muerte, el islam y el judaísmo que también están presentes aquí.
Censados por el Inegi, quienes dijeron no profesar ninguna religión pasaron de ser el 6.6 por ciento del total de la población en el 2000 al 10.52 por ciento en el 2010, cuando se contabilizó un total de un millón 332 mil habitantes en Juárez.
Ese porcentaje, representa a 140 mil 231 personas que manifestaron no tener ninguna creencia. En este grupo se encuentran más de 20 mil menores de entre 0 y 14 años.
Ese resultado implica la pérdida de adeptos en los distintos credos, principalmente en la Iglesia Católica pero, no especifica si los que declararon no profesar religión son ateos o agnósticos.
En este rubro de los no creyentes, el estudio denominado Mapa Religioso elaborado por la Unidad de Estudios Históricos y Sociales (UEHS) de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) disponible en el sitio web: www.uacj.mx/UEHS incluye agnósticos, ateos y creyentes sin religión.
Quienes se encuentran en esos grupos, en parte es debido a que sienten que las distintas denominaciones no responden a sus necesidades espirituales, refiere Roberto Sáenz Huerta, que imparte la cátedra de Historia de las Religiones en la UACJ.
“La religión ha perdido adeptos a razón de que ya no responde a las necesidades materiales o espirituales de la persona, ya no responden a la realidad actual de las personas y eso está llevando a que la religión sea relegada por otras formas en las que la persona busca darle sentido a la vida”, dijo.
Indicó que precisamente, la religión cumple con el objetivo de darle sentido a la existencia de las personas y un sentido de pertenencia.
Es una estructura simbólica de sentido de elementos diversos como lo son actitudes personales, doctrinas, actos culturales, estructuras sociales muchos de los cuales tienen sentido simbólico que prestan un sentido último a la vida de los individuos y de las comunidades.
Pero se basan siempre en una experiencia profunda que se llama de sentido y una presencia que rodea al individuo. Es la presencia de la trascendencia, es decir, de una realidad que está más allá del propio mundo, pero que aparece como la realidad misma.
En tanto, el fenómeno del ateísmo, que es el rechazo a la creencia en la existencia de una o más deidades, está relacionado con el “individualismo”, una característica que se viene presentando en la población juarense que cada vez siente menos la necesidad de pertenencia a grupos o corrientes religiosas, indica.
Aunque, señaló que también hay ateos que creen en otras formas de existencia, en que la energía no se crea ni se destruye, se transforma.
Orígenes de la diversidad
Desde el 8 de diciembre de 1659 cuando fray García de San Francisco fundó la misión de Guadalupe de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte, entonces integrada por una pequeña comunidad de 4 mil nativos conversos al cristianismo, la Iglesia Católica fue prácticamente la única denominación que se mantuvo presente durante poco más de dos siglos en esta región.
Sin embargo, el proceso que permitió la llegada de más credos fue preparado en el siglo XIX por la Masonería y el triunfo del liberalismo que con la promulgación de la Constitución de 1857 no sólo no reconoce a la religión católica como la oficial, sino que separa la Iglesia del Estado.
En la frontera inicia con la construcción de las vías del ferrocarril que unieron la Ciudad de México con esta frontera y con Estados Unidos entre 1880 y 1884, y con la actividad minera y comercial que impulsó este medio de transporte, de acuerdo con el Mapa Religioso elaborado por la UEHS.
El ferrocarril, impulsado por empresas anglosajonas para unir El Paso con la ciudad de México, atrae a estadounidenses, ingleses y alemanes principalmente que se establecieron en la entidad como mineros, comerciantes y profesionistas lo que contribuyó a la rápida difusión en el norte mexicano de las Iglesias cristianas, al tiempo que la actividad minera se entrelazó con la actividad de los arrieros y rancheros que prosperaban.
La primera Iglesia protestante en llegar formalmente al estado fue la Congregacional, en 1882, estableciéndose en la ciudad de Chihuahua desde donde sus misioneros entraron en contacto con los centros mineros de Parral y del noroeste de la entidad. En 1884 se establecieron en Parral, y en la región de Guerrero entraron en contacto con el círculo liberal liderado por el coronel juarista Ignacio Orozco.
La segunda Iglesia protestante que llegó a Chihuahua fue la Metodista, en 1885, con los misioneros estadounidenses de la Iglesia Metodista del Sur, Samuel Kilgore y Alejandro Sutherland quienes se establecieron primero en la ciudad de Chihuahua y ese mismo año en Ciudad Juárez.
Desde entonces, ese camino abrió paso a la diversidad religiosa que hoy se tiene.
En 2006 descendientes de judíos que residen en esta localidad formaron una congregación y abrieron una sinagoga en un edificio del Centro, la primera que opera en la entidad y años después se abrió el primer templo a la Santa Muerte, aunque esta Iglesia perdió el registro oficial ante la Secretaría de Gobernación.
A la fecha, de acuerdo con el Directorio de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, en Ciudad Juárez hay 102 agrupaciones religiosas registradas en su padrón que se encuentra actualizado hasta el 28 de marzo de 2018.
De las Asociaciones Religiosas (AR) que existen en la ciudad, sólo dos pertenecen a la religión católica, la Diócesis de Ciudad Juárez y los frailes dominicos de la Santísima Trinidad.
El resto son diferentes denominaciones como Bautista, Pentecostal y Evangélica y agrupaciones de adventistas, mormones, testigos de Jehová, presbiterianos, nazarenos y judíos.
De acuerdo con los últimos dos Censos de Población y Vivienda de 2000 del Inegi, el porcentaje de católicos en el año 2000 era el 81.57 por ciento del total de la población local pero para el 2010, esa cantidad se redujo al 68.97 por ciento.
Sin embargo, la Iglesia católica sigue siendo la principal en esta ciudad, con 918 mil 853 integrantes, según el último conteo mientras que el número de Protestantes y Evangélicos creció del 7.99 por ciento al 11.01 por ciento, y los adeptos a Iglesias Bíblicas diferentes a las Evangélicas, pasaron de ser el 2.31 por ciento de la población al 2.36.
En números, las denominaciones protestantes y evangélicas, a las que 146 mil 681 juarenses señalaron pertenecer; las bíblicas diferentes de evangélicas, a las que 31 mil 518 personas pertenecen; así como la judaica, a la que pertenecen 184 juarenses.
A éstos se suman 462 personas que el Inegi incluyó en la clasificación de “otras religiones”, que incluye 80 corrientes como los movimientos espiritualistas, el culto a la Santa Muerte, culto a Jesús Malverde, las corrientes New Age, escuelas esotéricas (masones, gnosticismo, metafísica, etc.), de raíces étnicas, además de los credos orientales como el budismo.