Detenciones arbitrarias a activistas por los derechos humanos, torturas y trabajos forzosos a las minorías étnicas de Xinjiang y el Tíbet o la amenaza y supresión de todos los medios de comunicación independientes, son algunas de las violaciones de los derechos humanos que comete China, denuncia una carta de 243 ONG encabezada por Human Rights Watch. Esta misiva tiene como objetivo pedir un boicot diplomático contra la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín.
Las diversas organizaciones exigen en la carta que los países invitados no envíen representantes del gobierno a las ceremonias de apertura y clausura, una medida que han tomado varios países como Reino Unido, Japón, Australia o Estados Unidos. «Cuando el mundo racionaliza una situación tan abusiva, a las víctimas les resulta más difícil enfrentarse a la injusticia», ha explicado en la misiva la directora de Chinese Human Rights Defenders, Renee Xia, tras apuntar que si se celebran las Olimpiadas en Pekín «se envía una señal al mundo de que el gobierno de Xi Jinping es normal».
Por ello, critican a todas las marcas patrocinadoras del evento deportivo (Airbnb, Coca-Cola, Samsung, Toyota, Visa o Panasonic) puesto que su colaboración supone que se invisibilicen los abusos, en vez de usar su influencia para mitigar las violaciones de los derechos humanos. «El espectáculo de los Juegos Olímpicos no puede encubrir el genocidio», ha aseverado en la carta Omer Kanat, director ejecutivo del Proyecto Uigur de Derechos Humanos.
Las ONG apuntan que el presidente del COI participó en una campaña de China para encubrir las acusaciones de agresión sexual
Sin embargo, lo más preocupante no son las empresas privadas, sino que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha declarado que «sus obligaciones con los derechos humanos, anunciadas en 2017, no se aplican a los Juegos de Invierno de 2022». Los diferentes grupos han denunciado en la carta el incumplimiento de las responsabilidades del COI y afirman que el presidente del comité, Thomas Bach, participó en una campaña de propaganda de China para encubrir las acusaciones de agresión sexual presentadas por la atleta olímpica Peng Shuai.
La carta concluye con una reflexión de Dolkun Isa, presidente del Congreso Mundial Uigur, en la que ha expresado: «La cruda realidad de los crímenes atroces del Gobierno chino y la impunidad en curso deberían obligar al COI, los patrocinadores y otros asociados con los Juegos Olímpicos a cuestionar si estos Juegos están legitimando y prolongando abusos graves».
Las ONG denuncian la «poca responsabilidad» del COI con los Derechos Humanos
Todas las organizaciones han señalado la irresponsabilidad del Comité Olímpico Internacional, no solo por anular su compromiso con los derechos humanos y por la campaña en la que participó Bach para encubrir los abusos, sino que también por no reunirse con la coalición End Uigur Forced Labor (EUFL). Esta organización quiere erradicar el trabajo forzoso en la región Uigur (Turkistán Oriental), donde el Gobierno chino explota a esta minoría étnica.
Mientras EUFL intentó reunirse con el COI para hacerles ver que están colaborando con una empresa que se beneficia del trabajo forzoso, este ha lucido uniformes hechos por la empresa acusada.
Además, el presidente interino de la Campaña Internacional por el Tíbet, Bhuchung K. Tsering, ha criticado al COI por no hacer caso a los tibetanos: «El COI afirma que el deporte y la política no se mezclan, pero el Gobierno chino fue el que usó los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 para servir a sus intereses políticos. Los tibetanos se arriesgaron al contarle al mundo esto, pero el COI no les prestó atención». Tsering espera que el COI y los gobiernos empoderen a sus atletas y «presionen a las autoridades chinas para que cumplan con las normas internacionales».