Una marcha antiaborto, en buena parte integrada por colegiales de escuelas religiosas y promovida por el conservador cardenal de Perú, Juan Luis Cipriani, se realizó hoy en Lima en medio de fuerte controversia.
La movilización, denominada ‘Marcha por la vida’, fue denunciada por organizaciones sociales, católicas y ajenas a la religión, por su carácter político y conservador y por el contexto de ofensiva contra la igualdad de género y la despenalización del aborto en casos como los embarazos por violación.
La marcha, que además rechaza la educación sexual en las escuelas, congregó a feligreses de parroquias limeñas y alumnos de escuelas católicas, tuvo su sexta edición anual y fue precedida por criticados intentos de obligar a la asistencia de alumnos y maestros de secundarias estatales.
Según denuncias recogidas por la prensa, esos centros educativos, para garantizar una alta concurrencia a la movilización, condicionaron la graduación de los alumnos del último grado, a su participación en la demostración.
Además, el arzobispado de Lima, a cargo de Cipriani, envió a las secundarias estatales una carta de invitación en términos conminatorios para que cada profesor de religión -curso que en Perú se dicta pese a ser un Estado laico- asista con al menos 15 alumnos cada uno y haga una colecta entre los padres, para le ‘marcha por la vida’.
Los promotores de la marcha colocaron además grandes carteles convocando a la marcha en las fachadas de las escuelas católicas y muchas estatales, lo que motivó la protesta de organizaciones de padres y del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos grupos fundamentalistas (Promsex).
También la bancada parlamentaria del progresista Movimiento Nuevo Perú (MNP) pidió explicaciones al Ministerio de Educación por las presiones a las escuelas públicas para que se involucren en una actividad religiosa particular, contra la Ley de Educación.
Ante las denuncias, el Ministerio de Educación aclaró que ‘la Marcha por la Vida no constituye una actividad pedagógica conforme a nuestra normativa’ y la participación de los estudiantes no debe ser exigida bajo amenaza de una sanción.
‘Corresponde a cada padre de familia decidir libremente si autoriza o no la participación de sus hijos en el referido evento público’, agregó, al desautorizar también la colecta dispuesta por el arzobispado, ante lo cual Cipriani hizo pública una airada carta de protesta.
La congresista del MNP Tania Pariona advirtió que, según la Constitución, ‘ninguna autoridad puede orientar o presionar a otros de acuerdo a sus creencias religiosas particulares’.
El legislador centrista Alberto de Belaúnde recordó si bien existe el derecho a manifestarse en las calles, los recursos del Estado no deben usarse ‘para impulsar una agenda conservadora’.
Añadió que con marchas como la de hoy no se resuelven los embarazos no deseados, lo que requiere en cambio mayor educación sexual integral y acceso a la salud.