MANIFIESTO DE ZARAGOZA POR EL ESTADO ACONFESIONAL
Todos los seres humanos tenemos derecho a conducir nuestra vida libremente, según los dictados de nuestra propia conciencia.
Solo el Estado aconfesional es capaz de garantizar el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones de la libertad de conciencia, base común de las demás libertades, incluida la libertad religiosa o de culto.
Queremos unas instituciones del Estado libres e independientes de cualquier condicionamiento proveniente de instituciones de carácter privado. Constituyen el espacio público, común a toda la ciudadanía, donde no deben estar presentes la ideología y la simbología de ninguna confesión religiosa.
Queremos unos representantes públicos que ejerzan sus cargos desde los principios de libertad e igualdad para toda la ciudadanía, de tal forma que, cuando actúen en calidad de tales, lo hagan desde la universalidad y la neutralidad, y en ningún caso desde la confesionalidad.
Queremos una escuela pública y laica.
Queremos la no presencia de nuestras instituciones públicas y nuestros representantes políticos, en calidad de tales, en ningún acto perteneciente a una confesión religiosa
Queremos la derogación del Concordato y otros Acuerdos entre el Estado español y el Vaticano
Queremos la devolución al pueblo del patrimonio artístico/cultural eclesiástico
Queremos una Judicatura que, lejos de dejarse llevar por sus ideologías, dicte sentencias justas y acordes con el Estado aconfesional proclamado en la Constitución.
Queremos, en fin, un Estado realmente aconfesional.
Zaragoza, 12 de mayo de 2008