Málaga Laica, agrupación provincial de Andalucía Laica, ha emitido un comunicado en el muestra su rechazo a la decisión que el pasado miércoles 29 de abril tomó el Ayuntamiento de Málaga, con su alcalde, D. Francisco de la Torre, a la cabeza, de conceder la medalla de la ciudad a la imagen de «Jesús de la Misericordia».
La aprobación contó con la mayoría del PP, sin haber pasado por la comisión de Cultura, sin expediente y sin el apoyo del resto de los grupos presentes en la corporación (PSOE e IULV-CA).
Dicha medida, denuncia Málaga Laica, no respeta la aconfesionalidad del Estado y vulnera el art. 16 de la Constitución. Pero, además, también vulnera el Reglamento de Concesión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Málaga, en el que se establece, en su art. 3, que “la medalla de la ciudad es una condecoración municipal creada para premiar o reconocer méritos extraordinarios que concurren en personas, entidades o corporaciones”, siendo así que a la imagen, también conocida como “el Chiquito”, no se le puede atribuir ninguna de tales definiciones.
“En realidad”, dice el comunicado, “se impone, por enésima vez, en las decisiones del grupo municipal gobernante, la sumisión del poder civil a los lobbies religiosos, ya sea vía cesión de locales a las cofradías, vía subvenciones municipales directas o indirectas y ahora, con la concesión de honores a imágenes religiosas. De hecho, supone un claro guiño electoral realizado por el alcalde y su grupo de gobierno a un sector muy determinado, el más católico y conservador de la ciudad, que a la vista de las últimas encuestas le ha dado la espalda. El alcalde teme perder su mayoría absoluta y con ello su reelección en las próximas elecciones municipales, y se sirve, de nuevo, de las instituciones públicas para realizar proselitismo de la iglesia católica”.
Málaga Laica/Andalucía Laica ha solicitado la anulación del acuerdo tomado en plenario, y la retirada de la concesión de los honores a la imagen religiosa. Con ello exige “el debido respeto a la obligatoria separación Iglesia-Estado, imperativa en una democracia real”.