El alejamiento de la Iglesia católica de estos jóvenes, con una media de edad de 23 años, es notorio, ya que el 78% confiesa que ha sido educado en este credo. También su práctica religiosa se sitúa bajo mínimos: más de la mitad se autodefine como "nada religioso" y casi un 60% reconoce que no se acerca a un templo salvo en compromisos o ritos sociales como bodas, bautizos y funerales. El alejamiento de la doctrina católica en materia sexual queda patente de manera mayoritaria hasta entre sus propios fieles.
MÁS AGNÓSTICOS
"Aunque otros sondeos marcan esta tendencia, seguramente los universitarios actuales son más agnósticos, laicos y tolerantes que la sociedad en general", asegura Mariana Szmulewicz, coordinadora del sondeo.
Así, ha sorprendido su elevada aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, con una nota de 7,9 de 0 a 10, la eutanasia (un 7,5), el aborto (un 7) y la adopción de niños por parte de parejas homosexuales (6,8). "Estas cuestiones éticas específicas nunca habían sido planteadas en anteriores encuestas, por lo que no es posible hacer comparaciones", subrayaron los reponsables de estudios de opinión pública de la Fundación BBVA.
LAS ONG, VALORADAS
Como en casi todos los sondeos desde la reinstauración de la democracia, los universitarios se decantan hacia la izquierda. Un 40,7% se declara de esta tendencia política, frente a sólo un 8,7% que se identifica con la derecha. No obstante, los coordinadores de la investigación apuntan que buena parte de los que se dicen de centro son básicamente conservadores.
En consonancia con la ideología mayoritaria de izquierdas y la indiferencia religiosa, al Iglesia católica es la institución que recibe peor calificación: un 2,9. También suspenden las empresas multinacionales y, rayando el aprobado, los gobiernos y los medios de comunicación.
Por contra, la universidad (institución con la que tienen un mayor contacto), las ONG, las empresas españolas, las Naciones Unidas y el Ministerio de Educación reciben un aprobado.
Los universitarios españoles se sienten bastante identificados con la Unión Europea. Un 45% se considera afectivamente cercano mientras un 28% no percibe ningún vínculo. No obstante, casi un 70% cree que una Europa más unificada mejorará la situación económica y social.
Los encuestadores han pedido una comparación de Europa con Estados Unidos. La nación que gobierna George Bush es a su juicio menos pacifista, presenta más desigualdades sociales y contribuye menos al desarrollo democrático en otros países. Sin embargo, los estudiantes reconocen que EEUU valora y apoya más la ciencia y la innovación.
Estos jóvenes tienen una visión bastante negativa de la globalización. Casi la mitad considera que este fenómeno tiene más consecuencias malas que buenas. También predominan los estudiantes que consideran que aumentan las distancias entre países ricos y pobres y que produce un mundo dominado por la cultura occidental. Son minoritarios los que creen que la globalización hace a las personas más libres.
A FAVOR DE LA INMIGRACIÓN
La inmigración, con matices, es valorada positivamente. A un 53% le parece bien y sólo el 14% la rechaza. No obstante, el 43% la supedita a que haya puestos de trabajo y un 33% es partidario de establecer cupos para limitarla. Los defensores de que se prohíba totalmente que vengan trabajadores de otros países apenas alcanzan el 1,3%.
Los universitarios están más de acuerdo con que la inmigración es enriquecedora cultural y económicamente que con que provoque un aumento de la delincuencia y quite trabajos a los españoles.