El secretario de Estado de Justicia recibe a la plataforma Derecho a Vivir, que pide que se prohíba interrumpir el embarazo aunque el parto suponga daño psicológico para la madre
"La melodía de la reforma suena razonablemente bien". Así reaccionó el pasado julio la portavoz de la organización antiabortista Derecho a Vivir, la doctora Gádor Joya, después de que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunciara que reformará la ley del aborto.
Tres meses después, sin embargo, la misma asociación -ligada a la plataforma ultracatólica HazteOír – ha hecho saber al secretario de Estado de Justicia, Fernando Román García, que la modificación de la ley les sabe a poco. La plataforma considera que la supresión de la malformación del feto como supuesto que permita la interrupción del embarazo "es valiosa e indispensable, pero no suficiente".
"Queremos que se elimine el supuesto que permite abortar si el parto puede suponer un daño psicológico para la mujer porque es un coladero", denuncia Joya, que añade que el 97% de las interrupciones voluntarias del embarazo se acogen a este motivo. "No es equiparable el daño psicológico que puede sufrir la madre después el parto con el hecho de acabar con la vida de un feto. Es totalmente desproporcionado", insiste.
Gallardón no sólo eliminará, pese a las recomendaciones internacionales, el aborto libre (permitido –desde 2010– entre las 14 y las 22 semanas de gestación), sino que endurecerá aún más la antigua ley de 1985, que el Ejecutivo de José María Aznar jamás tocó.
Derecho a Vivir ha pedido al Gobierno que "se dé la máxima prisa" en la presentación del anteproyecto de ley ya que, por el momento, "sólo se han oído declaraciones", ha criticado Joya. La plataforma ha reclamado al secretario de Estado de Justicia la "abolición total del aborto", lo mismo que reivindicará en la calle el próximo 7 de octubre bajo el lema "Por el derecho a vivir, Aborto Cero".
El manifiesto de la plataforma, que se puede consultar en la página web de Derecho a Vivir, reclama "la erradicación del aborto y el apoyo la maternidad". El escrito, que reclama que "el aborto sea abolido, como lo fue la esclavitud y como lo será la pena de muerte", afirma que la interrupción voluntaria del embarazo "es parte de la crisis, y no un problema aparte. No se sale de la crisis tirando cada año a 113.000 seres humanos a una fosa común".