Los supervivientes indígenas del horror de los internados católicos ya tienen fecha para encontrarse con el papa Francisco en Roma. Así lo anunciaba el 29 de junio la Conferencia Episcopal Canadiense (CCCB, siglas en inglés), que informó a través de una nota que la delegación de pueblos indígenas se reunirá con el pontífice del 17 al 20 de diciembre de 2021. El encuentro, tal como reza el comunicado, tendrá por objeto fomentar un “encuentro significativo de diálogo y sanación”.
“El papa Francisco está profundamente comprometido a escuchar directamente a los Pueblos Indígenas, expresando su sincera cercanía, abordando el impacto de la colonización y el papel de la Iglesia en el sistema de escuelas residenciales, con la esperanza de responder al sufrimiento de los Pueblos Indígenas y los efectos actuales del trauma intergeneracional”, aseguran la CCCB.
El anuncio se produce a poco más de un mes del hallazgo de más 200 cadáveres de menores enterrados junto a la Escuela de Kamloops, Canadá, un centro que formaba parte del sistema católico escolar que separaba a niños indígenas de sus familias. Esta práctica se llevó a cabo en el país norteamericano desde el siglo XIX hasta la década de 1970, período de tiempo durante el cual se estima que fueron sometidos más de 150.000 menores y unos 6.000 murieron como consecuencia de los abusos desenfrenados de que fueron objeto.
Una reivindicación que viene de lejos
Los prelados llevan más de dos años intentando promover esta iniciativa, que reunirá al Santo Padre por separado con cada uno de los tres grupos distintos de delegados, “ancianos/guardianes del conocimiento”, supervivientes de escuelas residenciales y jóvenes de todo el país, acompañados por un pequeño grupo de obispos y líderes indígenas. El 20 de diciembre tendrá lugar una audiencia final de Bergoglio con todos los delegados juntos. Los obispos de Canadá han expresado su “sincera esperanza” de que los encuentros lleven a “un futuro compartido de paz y armonía entre los Pueblos Indígenas y la Iglesia Católica en Canadá”.
Este encuentro es un paso necesario para intentar resarcir, en lo posible, unas heridas que vienen de lejos: en 2015 se publicó un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que puso en evidencia estas abominables prácticas; y mucho antes, en 2009, una delegación de líderes indígenas se reunió en privado con el papa Benedicto XVI, para dar cuenta de los daños a los pueblos indígenas. Que Ratzinger expresara su pesar fue considerado como un gesto significativo, pero no como una verdadera disculpa. Una disculpa que sí esperan encontrar esta vez en el papa argentino.