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Los Reyes Magos, ¿malos o tontos? · por Juan Antonio Aguilera

​Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

No voy a tratar aspectos manidos como los de si los Reyes Magos existieron y, en ese caso, su número, nombres y categoría, ni la historia de por qué y cómo alcanzaron su estatus actual. (Para todo esto, lean por ejemplo a Antonio Piñero).

Como hoy no tengo ganas de discutir, lo que traigo son tres perspectivas que creo que tienen poca discusión, pero que pueden sorprender porque no se suelen considerar (sobre todo las dos primeras). Seguiré simplemente lo que se infiere de las narraciones y creencias evangélicas y tradicionales, y de lo que se hace creer a los niños y niñas.

1. Los Reyes Magos fueron malos y/o muy tontos: provocaron la ira de Herodes, poniendo en peligro a Jesús y propiciando la muerte de muchos niños.

Según el evangelio de Mateo (2:1-18) y otras fuentes, los (Reyes) Magos, avisados por señales celestiales, fueron a adorar al Niño Jesús, pero no se les ocurrió mejor idea que ir a ¡preguntar al entonces actual rey de los judíos, Herodes el Grande, que dónde acababa de nacer el futuro “Rey de los judíos”! No se le ocurre ni al que asó la manteca. Herodes, que hasta entonces no tenía ni idea de esa amenaza (que había nacido un niño que acabaría destronándolo), y que parece que no disponía de alguien que siguiera a los Magos, les pidió: «Tan pronto como lo encuentren, avísenme, para que yo también pueda ir y adorarlo». Pero los Magos fueron avisados en sueños por Dios (que ya podía haberlos avisado antes de que fueran con el cante a Herodes) y regresaron a Oriente sin darle esa info.

Así, los (Reyes) Magos consiguieron que se salvara el niño Jesús, a quien ellos mismos habían puesto en peligro mortal, a costa de la muerte de otros niños varones de la zona con menos de dos años, por la esperanza de Herodes de que entre ellos estuviera su futuro destronador. Pero Jesús se escapó gracias a otro aviso en sueños a José por parte de Dios, que tampoco cayó en el detalle de avisar asimismo a los otros padres y madres.

Podemos decir que los (Reyes) Magos fueron malos porque causaron una escabechina de “inocentes”, pero no es que tuvieron maldad, sino que eran más tontos que Pichote. En cualquier caso, cuesta entender su buena fama.

2. Los Reyes Magos actuales son malos porque discriminan y hacen sentirse inferiores a los niños pobres.

Veamos por qué:

a) Dicen que a los niños que se hayan portado bien les traerán lo que pidan.

b) Cuanto más pobres son los niños, peores regalos les traen.

Conclusión: cuanto más pobres son los niños, peor comportamiento han tenido. Si los niños ricos tienen mejores regalos será porque son más buenos y se lo han merecido.

Los propios niños pueden percibir esto (yo mismo, en el bando de los pobres, lo percibía, y nunca he sido muy avispado) y pensar que se merecen su desgracia.

Además, el punto (a) es un chantaje de mucho cuidado.

3. Los Reyes Magos actuales son malos porque vigilan hasta los más íntimos actos, pensamientos y deseos de todos los niños (pobres y ricos).

Les dicen a las niñas y niños que todo lo que hacen y piensan lo saben los Reyes Magos. Esto es tremendamente perverso, porque el sentirse así vigilados atenta contra la libertad más íntima de los menores y coarta su autonomía intelectual y moral. Es tan siniestro como creer en la vigilancia mental de Dios, con la diferencia de que en esta última se amenaza con la idea del pecado y los castigos consiguientes, mientras que con los Reyes Magos la intimidación se ejerce mediante los regalos que te harán o no harán. Por otra parte, la leyenda de los Reyes Magos es seguida incluso por bastantes madres y padres que no comulgan con otras creencias religiosas. (Pasa algo parecido con el ratoncito Pérez, pero éste es más inocuo porque no piensas que te controla y solo te exige que se te caiga un diente).

¿No tienen nada de bueno los Reyes Magos? Se argumenta lo positivo que es alimentar la ilusión, la fantasía…, pero, si se dan cuenta, cuando los niños y niñas ya saben “la verdad” sobre los Reyes Magos, siguen con la ilusión de los regalos, el pellizco de la incertidumbre, y añaden el placer del “teatro”… Por eso creo que todos los elementos positivos se pueden mantener sin necesidad de engañar.

Otro aspecto positivo sería que, al descubrirse el pastel, se pusieran en tela de juicio otras creencias en seres y sucesos quiméricos (Dios, ángeles, milagros…), pero los padres y madres religiosos no ayudan; sería raro que dijeran “pues ya sabéis: los Reyes Magos somos nosotros, y Dios ni eso”.

En fin, por mi parte, los Reyes Magos merecen carbón, y mojado. Yo pediría no mentir a los niños y niñas acerca de ellos y, desde luego, no utilizarlos para chantajear, ni para facilitar que interioricen la “vigilancia mágica” de sus mentes. Bastantes vigilantes googlelianos “reales” tienen y tenemos.

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