A la misa oficiada por el arzobispo de Barcelona han asistido el presidente del Gobierno y el de la Generalitat, el primer ministro de Portugal, la alcaldesa de Barcelona y la de Madrid entre otras muchas autoridades civiles y militares vulnerando una ve más la aconfesionalidad del Estado y el respeto que merecemos los ciudadanos sea cuales sean nuestras creencias o convicciones personales mientra que los representantes del Estado optan por privilegiar de nuevo una opción religiosa particular.
La basílica de la Sagrada Família ha acogido este domingo por la mañana una misa en memoria de las víctimas de los atentados de La Rambla de Barcelona y Cambrils, que dejaron 14 muertos y más de un centenar de heridos, de los cuales 13 están en estado crítico. La homilia, oficiada por el arzobispo de Barcelona Juan José Omella, ha estado presidida por los Reyes de España y el presidente de Portugal.
A la ceremonia han acudido, entre otros, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el de la Generalitat, Carles Puigdemont, y las alcaldesas de Barcelona, Ada Colau; Madrid, Manuela Carmena, y Cambrils (Tarragona), Camí Mendoza, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, el vicepresidente del Gobierno de Cataluña, Oriol Junqueras; la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat. También han acudido autoridades de los países con afectados en los atentados, entre ellos el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el primer ministro del país, António Costa. Entre los asistentes estaba el expresidente de la Generalitat Artur Mas, así como representantes de los diferentes partidos políticos, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de los Mossos d’Esquadra.
Además, han acudido representantes de la comunidad islámica en Cataluña. Las autoridades han sido recibidas por el público con el grito No tinc por!, que ya emplearon en el minuto de silencio del viernes y que será el lema de la manifestación unitaria del próximo sábado en la capital catalana.
La misa, que se ha celebrado con un amplio dispositivo de seguridad, ha empezado con unas palabras del obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, quien ha clamado por la «concordia» y ha tenido palabras para las víctimas mortales y los heridos. El obispo auxiliar ha pedido que «toda esta realidad» padecida por el pueblo se transforme en «una situación de paz» y de «una convivencia que promocione y respete los derechos humanos», superando «toda diferencia y exclusión».
El arzobispo y cardenal Omella ha empezado leyendo dos mensajes que le hizo llegar el papa Francisco. El primero se lo hizo llegar a través del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. En esa misiva, el papa expresaba «ante la noticia del cruel atentado terrorista que ha sembrado de muerte y dolor La Rambla de Barcelona» su «profundo malestar por las víctimas que han perdido la vida en una acción tan inhumana». El mensaje trasladaba el «apoyo» y «cercanía» del papa Francisco a «los numerosos heridos, a sus familias y a toda la sociedad catalana y española», condenaba la «violencia ciega» e instaba a «seguir trabajando con determinación por la paz y la concordia».
Omella recibió, ha explicado, otro mensaje directo del papa Francisco para «acompañarlo de manera especial en la misa de hoy». «Estoy cerca de ustedes en este momento doloroso», le dijo. Omella ha agradecido la presencia en el templo de las autoridades, de «creyentes o no de esta tierra o extranjeros» y a las fuerzas de seguridad de la comunidad y la ciudad por la «generosidad y entrega con la que actúan siempre y en especial estos días».
Grupos de turistas, mayoritariamente franceses y británicos, se han acercado al templo, para cuyo acceso se han desplegado fuertes medidas de control. La basílica no ha llegado a llenarse, según explican fuentes del Arzobispado, porque la misa se ha organizado en apenas 24 horas y no se cursaron invitaciones. Además de las autoridades citadas, también han estado presentes la presidenta del Congreso, Ana Pastor; la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras; el consejero de Interior, Joaquim Forn, o el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Antes de la misa, se ha podido ver hablando al rey, Rajoy y Puigdemont. A la salida, Puigdemont se ha quedado hablando un buen rato con el expresidente de la Generalitat Artur Mas.
A la misa han acudido unas 1.800 personas, algo más de la mitad del aforo de la basílica. Las visitas a la Sagrada Família han sido cerradas hasta las tres de la tarde. A los turistas que habían adquirido las entradas para visitar el templo se les ha devuelto el dinero.