Los nuevos publicistas de los propagandistas repiten campaña polémica, tras la de la calavera sobre la eutanasia o «el bulo» de que Dios no existe en Navidad, al más puro estilo Yunque. La ACdP busca «no olvidar y desdibujar los problemas reales y cotidianos que afectan a las mujeres, respecto de la maternidad, las relaciones laborales, o la participación social, entre otros asuntos».
El arzobispo de Oviedo, por su parte, defiende que la concepción feminista es «empobrecedora e injusta».
«Servicial, Esposa, Madre, Reina: la mujer más importante de nuestra vida, la Virgen María«. En pleno Día Internacional de la Mujer, la Asociación Católica de Propagandistas ha lanzado una nueva campaña en las redes, y en las marquesinas de media España, en las que quiere reivindicar el papel tradicional que la doctrina católica ha dado a la mujer, con el ejemplo de la Madre de Dios.
Con el hastag #lamejormujer, los propagandistas continúan así la dinámica iniciada con la campaña en contra de la ley de la eutanasia, con la que llenaron de calaveras el centro de Madrid (incluyendo una inmensa lona junto al Bernabéu). O, en Navidad, cuando colocaban carteles diciendo: «¿Sabes cuál es el bulo más repetido en los últimos 2.000 años? Dios no existe. Feliz Navidad».
Ahora, con una cuando menos curiosa iniciativa, contratando marquesinas en una veintena de ciudades con la oración del Ave María en morado, y las palabras ‘Mujeres’ y ‘Madre’ marcadas en blanco.
«Lenguaje de confrontación»
¿Por qué esta utilización de la Virgen para el 8-m? Ellos mismos lo explican, en una nota de prensa. «Durante los próximos días se van a producir diversas manifestaciones, muchas de ellas promovidas desde los poderes públicos, en las que se va a mostrar una reivindicación por la igualdad de la mujer mediante un lenguaje de confrontación».
Frente a ese hipotético «lenguaje de confrontación», que «niega la diferencia natural entre hombre y mujer, algo que -sostienen- ha detectado muy acertadamente parte del feminismo de corte más tradicional y que supone base fundamental de sus propuestas», la ACdP busca «no olvidar y desdibujar los problemas reales y cotidianos que afectan a las mujeres, respecto de la maternidad, las relaciones laborales, o la participación social, entre otros asuntos».
Los carteles se han repartido por Albacete, Alcobendas, Barcelona, Bilbao, Burgos, Coslada, Cuenca, Fuenlabrada, Gerona, Getafe, Gijón, Hospitalet, León, Lérida, Logroño, Madrid, Móstoles, Oviedo, Pamplona, Pozuelo, Salamanca, San Sebastián de los Reyes, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla, Toledo, Valencia, Valladolid, Vigo, Villanueva de la Cañada, y Zaragoza.
Junto a ellos, el siguiente vídeo, en la más pura estética del Yunque:
No han sido los únicos ‘negacionistas’ del 8-M. Entre ellos, un destacado prelado, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien defiende en su última carta pastoral que la concepción feminista es «empobrecedora e injusta».
«La dialéctica machismo-feminismo no construye la relación nueva que necesitamos para superar tanto exceso y dolor, recalca Sanz Montes, quien añade que machismo y feminismo son «extremos».
«Abuso de nuevo cuño, ‘feminista'»
«Dentro del movimiento pendular con el que la historia se corrige a sí misma evitando los extremismos abusivos, no siempre se llega a una verdadera y eficaz rectificación, sino que a menudo simplemente se aboga por mantener el mismo error abusivo y extremo, pero gestionado por otro protagonista empoderado«, subraya Sanz, quien critica la «concepción monocolor y excluyente, de índole ‘machista'» que «ha sido pobre y empobrecedora, e injusta». Justo después, añade que dicha concepción machista «da lugar a otra posición igualmente pobre y empobrecedora e injusta: la ‘feminista’. La dialéctica machismo-feminismo no construye la relación nueva que necesitamos para superar tanto exceso y dolor».
«El abuso ‘machista’ no queda superado ni solventado con el abuso de nuevo cuño ‘feminista’, que pretendiese gestionar el problema desde la perspectiva contraria en una infructuosa alternativa, como quien pasase simplemente de la oposición al poder: no solucionar el conflicto de una relación, sino conquistar quién manda en él», finaliza el prelado.