Cruce de acusaciones en la campaña electoral
¿Debemos comer 'halal' o 'kosher' aunque no lo sepamos? ¿Pueden las comunidades religiosas imponer una determinada manera de sacrificar vacas y ternera al resto de la población? ¿No deberían musulmanes y judíos adaptar estas tradiciones a la sociedad actual y sus adelantos técnicos? El día en que el primer ministro francés, François Fillon, planteó dichos temas, no sabía realmente dónde se metía.
En Francia, país que cuenta con cinco millones de musulmanes y más de medio millón de judíos, conviene tratar estas cosas con suma delicadez. Y más a sólo 50 días para la primera vuelta de las elecciones al Elíseo, cuando lo que diga un político de uno u otro partido es susceptible de influir en los sondeos de opinión sobre los candidatos.
O sea que la carne bovina sacrificada por estos métodos rituales ha entrado en la carrera presidencial francesa. En el Hexágono, cualquier iniciativa del partido gubernamental Unión para un Movimiento Popular para limitar ciertos ritos de las comunidades étnicas o religiosas (los rezos en la calle, las mujeres con velo integral, la alimentación según los preceptos del Corán), en honor al laicismo republicano, es interpretada inmediatamente por la opinión pública y por sus rivales políticos como un guiño al electorado ultra nacionalista que simpatiza con el Frente Nacional (FN). Una forma de arañar votos a la extrema derecha, vaya.
Por su parte, el discurso del Partido Socialista y de otras formaciones de izquierdas es más condescendiente con este tipo de tradiciones, basándose en el argumento de las libertades individuales y, entre ellas, la de culto. Otra manera, también, de buscar apoyos entre los votantes pertenecientes a dichas comunidades religiosas.
Origen del embrollo
Todo este fenomenal lío comenzó el lunes 20 de febrero, cuando la aspirante del FN Marine Le Pen declaró durante un desplazamiento a Lille que la mayor parte de la carne consumida en la región de París es sacrificada según el rito musulmán, que impide que los animales sean anestesiados, lo que, según ella, contraviene la legislación francesa y europea sobre mataderos.
En declaraciones a France Inter, Le Pen señaló que "tres de cada cuatro mataderos de la región sacrifican exclusivamente con el sistema 'halal'", mientras que el cuarto está dedicado a la carne porcina, que no consumen los musulmanes. Y eso supondría que "se está engañando al pueblo francés porque el 100% de la carne que se vende en Île de France es sospechosa de ser halal, ya que no se indica cuál es y cuál no".
De nuevo Sarkozy hubo de matizar las palabras del ministro Guéant
Respuesta de Nicolas Sarkozy, al día siguiente, durante una visita al mercado central de Rungis: de las 200.000 toneladas de carne que se venden en la región parisiense cada año, apenas el 2,5 % ha sido sacrificadas por el método religioso."¿Merece la pena abrir una polémica por eso? ¿Qué pretenden? ¿Minar la confianza de los consumidores?", se preguntaba entonces el jefe del Estado galo.
El presidente ha hablado. ¿Debate zanjado? Ni por asomo. Su propio titular del Interior, Claude Guéant, lo reabrió el 2 de marzo con unas provocativas declaraciones difundidas por RTL: "No queremos que unos consejeros municipales extranjeros impongan en los menús de las cantinas escolares el consumo de carne 'halal'". De nuevo Sarkozy hubo de matizar durante el fin de semana las palabras del ministro: "Sería bueno establecer una normativa sobre el etiquetado de estos productos. Reconozcamos a la gente el derecho a saber lo que come".
¿Sufren las vacas con este tipo de muerte ritual? El sacrificio 'halal' (musulmán) o 'kosher' (judío) requiere que los animales estén conscientes antes de ser degollados y desangrados. En los mataderos no religiosos se les aturde primero para tratar de aliviar su sufrimiento, siguiendo una normativa de la Comisión Europea que permite la excepción en los degolladeros que se rigen por preceptos religiosos.
Explicación científica
Para Christophe Buhot, presidente de la Federación de Veterinarios Europeos, con el método ritual la pérdida del conocimiento puede ser lenta y la bestia está estresada durante el proceso. El profesor de ciencias de la alimentación Joe Regenstein, sin embargo, opina que el sistema 'halal' no es más doloroso que el oficial, aunque sugiere que algunos desolladeros deberían mejorar ciertos aspectos técnicos.
¿Se distinguen adecuadamente los cortes de carne vacuna 'halal' o 'kosher' en los supermercados galos? Según ha explicado a France Inter el presidente de la Asociación Nacional Interprofesional del Ganado y de la Carne, Dominique Langlois, "los consumidores podrían estar comiendo 'halal' sin saberlo". Como el sacrificio de ganado por ambos métodos en el mismo recinto es demasiado costoso, en ciertos mataderos se mata el 100% de los animales siguiendo el rito del desangrado. Luego las partes delanteras y las vísceras se envían certificadas a las carnicerías musulmanas, en tanto que las partes traseras van al circuito comercial normal, sin que se explique la forma en que ha muerto la bestia.
'A los franceses no les preocupa esta polémica', ha dicho Martine Aubry
Mientras el debate se ha ido calentando en los mentideros políticos, el abogado del Frente Nacional ha enviado al Tribunal de Nanterre una demanda contra X –fórmula legal francesa que permite hacer una denuncia sin indicar los nombres de posibles culpables y obliga a la Fiscalía a investigar– por los cargos de "engaño en la calidad substancial de la mercancía y actos de crueldad hacia animales domésticos".
"A los franceses no les preocupa esta polémica", sugirió el sábado la primera secretaria del Partido Socialista (PS) Martine Aubry durante un mitin en Dijon. "Ésta es una estratagema despreciable de la derecha para relacionar el voto de los extranjeros en las elecciones locales con el consumo extendido de alimentos 'halal'".
Y en éstas llegó François Fillon y se atrevió a sugerir el lunes 5 en declaraciones a Europe 1 que judíos y musulmanes "deberían replantearse el hecho de mantener tradiciones que no tienen mucho en común con la situación actual de la ciencia, la tecnología y los problemas sanitarios". "Las tradiciones ancestrales estaban justificadas en el pasado por razones higiénicas", añadió. "Pero han quedado desfasadas. Vivimos en una sociedad moderna".
¡Menuda la que ha montado! Mohamad Moussaoui, presidente del Consejo Musulmán de Francia, ha defendido el sacrificio ritual aduciendo que no es más doloroso que los métodos modernos y apunta que la idea de etiquetar la carne 'halal' o 'kosher' fomentaría el resentimiento contra ambas minorías. "Estigmatizaría a musulmanes y judíos como las comunidades que no respetan los derechos de los animales y eso generaría tensiones". Por lo demás, Moussaoui ha recalcado que "no acepta que el islam y los musulmanes sirvan de chivos expiatorios en esta campaña".
Problemas mayores
Por su parte, el gran rabino de Francia, Gilles Bernheim, se mostró sorprendido por este debate cuando "los problemas del país son tan grandes, en período de crisis". Y el presidente del Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (CRIF), Richard Prasquier, se declaró "escandalizado" y "estupefacto". "Aunque Fillon diga que es a título personal, cuando se es primer ministro se tiene una palabra oficial". Incluso la iglesia católica ha intervenido en el lío, por boca del obispo de Evry Michel Dubost, quien opina que "el laicismo debe ser respetado" y que el Gobierno "no ha de inmiscuirse en lo que hacen las religiones".
Desde las filas de la UMP, la portavoz de campaña de Sarkozy, Natalie Kosciusko-Morizet, no ha querido respaldar las ideas del jefe de Gobierno. Y hasta el ministro de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, consideró que la cuestión de la carne 'halal' es un "falso problema". Entretanto, desde el PS, el candidato a la Presidencia François Hollande exhortó a Sarkozy y a su primer ministro a la "moderación" y a "no ofender" las conciencias. "Evitemos esas polémicas inútiles, esas querellas que ofenden", dijo.
Ayer, para redimirse, Fillon recibió en Matignon al presidente del Consistoire Central, Joël Mergui, así como al gran rabino Bernheim, quienes juzgaron el incidente como "un tema zanjado", aunque anunciaron que se mostrarían "vigilantes" ante cualquier intromisión del Estado en temas religiosos.
Hoy el primer ministro tendrá que reunirse igualmente con los líderes musulmanes, para darles garantías de que el sacrificio ritual podrá seguir haciéndose y que el gobierno tan sólo se propone estudiar el mejor método de informar al consumidor evitando cualquier riesgo de estigmatización. Veremos cómo reaccionan Moussaoui, y el rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur. Con las elección a mes y medio vista, no parece que la polémica del 'halal' vaya a poder cerrarse tan fácilmente…
Un almacén de carne, en los alrededores de París, especifica que es 'halal'. | Afp
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