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Javier Carlos Gómez

Los párrocos de Valladolid alertan del descenso de comuniones en la provincia a pesar de la nueva normalidad

La parroquia que más comuniones ha celebrado desde 2019 ha sido la Parroquia San Juan ante Portam Latinam en Arroyo de la Encomienda.

En esta época de buen tiempo, los niñosde alrededor de nueve años se preparan para hacer su Primera Comunión. Tras dos años descafeinados por la Covid-19, este año todo se esta celebrando con normalidad. En Valladolid, la parroquia que más comuniones ha celebrado desde 2019 ha sido la Parroquia San Juan ante Portam Latinam (Arroyo de la Encomienda) con 141, 127 y 120 primeras comuniones respectivamente. La Parroquia de San Miguel y San Julián sufrió un descenso de celebraciones entre 2019 y 2020, pero en 2021 celebró 35 comuniones más que el año anterior. 

Durante estos dos años que hemos vivido de pandemia, muchas celebraciones, eventos, festejos se han suprimido por motivos de salud, en el caso de las primeras comuniones no ha sido así. Javier Carlos Gómez, párroco de la Parroquia de San Miguel y San Julián, argumenta que se restringieron por la cuestión de los aforos”. Gómez explica que “nosotros hemos tenido bautizos, comuniones y funerales, que estaban limitados a 25 personas por celebración. Nosotros no hemos restringido ninguna celebración, las ha restringido las familias que como no podía tener la fiesta y no podía convocar a la familia, pues no las han tenido”.

A partir de 2018, la celebración de primeras comuniones en Valladolid ha descendido considerablemente, pasando en 2018 de 3.111 comuniones, a 2.905 en 2019, en 2020 ya en plena pandemia se celebraron 2.589 comuniones, y por último en 2021 a falta de 58 parroquias de facilitar sus datos, nos encontramos con 2.331 comuniones. Es obvio que uno de los motivos de este descenso de celebraciones ha sido la pandemia, pero Javier Carlos Gómez destaca otros dos motivos: una de las razones es el descenso de la natalidad, “la realidad en la que estamos es que cada vez hay menos niños en todas las cuestiones que mires”, comenta Gómez. El segundo motivo es la situación religiosa de España y también de Valladolid, “cada vez hay menos familias que se constituyen de una forma cristiana” y cada vez esto va a ir descendiendo porque “hay familias que actúan en conciencia y coherencia con su vida”, manifiesta el párroco.

La sociedad de hoy en día está perdiendo la fe en la Iglesia, y esto se debe a la secularización, que consiste en que los ciudadanos de una determinada sociedad, sienten un menor apego por la religión. Gómez sobre la secularización de la sociedad piensa que es una limitación”. El párroco plantea una pregunta ¿se puede ser feliz sin cuidar la dimensión espiritual de la persona? Gómez insiste en que hay que cuidar esa dimensión espiritual”, independiente mente de la religión que proceses: cristianismo, budismo, islam… “Estamos pensando que sin Dios se vive mejor, pero la persona es algo más que ojos carnes y patas, tiene otros sentimientos”, concluye el párroco.

Sobre los motivos por los que se está produciendo esta secularización de la sociedad, Gómez cree que hay una cuestión fundamental “una corriente de nuestra sociedad que está intentando interesadamente en que desaparezca toda esa referencia a la cuestión religiosa” y opina que hay una falta de respeto a los valores religiosos”. Además de esta cuestión más relevante, el párroco hace referencia a la Biblia: “las personas cuando nos creemos ya autosuficientes, no necesitamos de nadie, nos olvidamos de las personas y también de Dios”.  

Respecto a la celebración de lo que se conoce como comunión laica o civil, donde cualquier familia puede organizar su propia fiesta, sin misa previa. Ante el auge de estas celebraciones, Gómez considera que “será otra cosa pero no comuniones civiles”. El párroco respeta que se celebre la fiesta pero hay que respetar los nombres porque comunión significa recibir el cuerpo y la sangre de Cristo”. “Para la gente que no tiene esa sintonía y espiritualidad, me parece muy bien que celebren la vida pero lo que si espero es que no se manipulen los nombres”, finaliza Gómez.

Este 2022 se han eliminado todas las restricciones y durante todo el año, en la Parroquia de San Miguel y San Julián han estado realizando estas celebraciones durante todo el año. El párroco expresa  que durante este año han realizado sus actividades sin aforos ni restricciones pero si con mascarilla”. En estos momentos, en la parroquia de San Miguel y San Julián detalla Gómez que “el pasado domingo en una comunión, dos chicos estaban con mascarilla y los demás sin ella, y en la Iglesia había gente que la llevaba y gente que no”  y manifiesta que el siempre ha cumplido la ley”, incluso en los momentos en los que se incumplía el derecho a la libertad religiosa.  

Respecto al bajón que se ha visto en la celebración de primeras comuniones, el párroco no cree que las comuniones vuelvan a las cifras que había los años antes de la pandemia, aunque detalla que siempre ha tenido la importancia religiosa” pero no cree que vaya a volver a tener aquellas cifras porque “está bajando en número y cada vez va a tener menos número hasta que llegue en un momento que se estabilice como paso con los matrimonios civiles”. “Mientras no tengamos una Iglesia ilusionada con más ganas, es muy difícil que tengamos más público”, finaliza Gómez.

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