Coincidencias de la vida: ayer domingo, la Iglesia ortodoxa rusa inauguró su primer templo en España, en Altea (Alicante), y, al mismo tiempo, la Iglesia católica abrió en Murmansk (Círculo Polar Ártico) su primer lugar de culto. Y los dos están dedicados a San Miguel.
Medio millar de personas participaron en la ceremonia oficiada por el presidente del departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado Ortodoxo de Moscú, Metropolita Kirill de Smolensk y Maingrado.
Como gesto de buenas relaciones también estuvo el obispo de la diócesis católica de Alicante-Orihuela, Rafael Palmero, y el alcalde de Altea, Andrés Ripoll. La Iglesia del Arcángel San Miguel es una réplica exacta de un templo ortodoxo ruso del siglo XVII que está construida con materiales procedentes de los Urales, en una parcela cedida por el Ayuntamiento de Altea y financiada por un constructor ruso de la zona.