Los obispos franceses han anunciado un recurso ante el Consejo de Estado contra la decisión del Palacio del Elíseo de prohibir la celebración de la misa y otros sacramentos en comunidad. En una nota, el presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Éric de Moulins-Beaufort, sostiene que las medidas “atentan contra la libertad de culto, que es una de las libertades fundamentales de nuestro país”.
Para el prelado, la decisión del Gobierno Macron es “desproporcionada” y señala que para los fieles, esas celebraciones “son vitales, porque son un encuentro con el Señor y sus hermanos”.
“Los fieles católicos -afirma la nota de la Conferencia Episcopal francesa- siguen plenamente movilizados contra la epidemia y respetan desde el principio todas las indicaciones sanitarias dadas en todo el país». Ya en mayo, el Consejo de Estado obligó al gobierno a revocar el cierre de templos.
En España, como ya adelantó RD, el Estado de Alarma aprobado no sugiere ningún cierre de templos, y deja en manos de las comunidades autónomas la regulación del aforo en las celebraciones religiosas y litúrgicas.
Cierre en Gran Bretaña
No ocurre así, tampoco, en Gran Bretaña, cuyos obispos han impugnado las medidas de toque de queda que llevarán al cierre de los cultos públicos. Así, los obispos han exigido a Boris Johnson que presente razones que justicien el cierre de las iglesias y del culto colectivo.
En una nota, el cardenal Vincent Nichols, presidente del Episcopado, y el vicepresidente Malcolm McMahon, OP, vicepresidente, lamentan las medidas, y sostienen que “aún no hemos visto ninguna prueba que haga que la prohibición del culto comunitario, con todos sus costos humanos, sea una parte productiva de la lucha contra el virus”.
“Pedimos al Gobierno que presente estas pruebas que justifiquen el cese de los actos de culto público”, señalan los prelados ante la normativa, que entra en vigor este jueves.
“Al exigir este sacrificio, el Gobierno tiene la profunda responsabilidad de mostrar por qué ha tomado decisiones particulares. Si no lo hace, corre el riesgo de erosionar la unidad que necesitamos al entrar en un período muy difícil para nuestro país”, concluye el Episcopado.