Comentarios del Observatorio
Una vez más, la jerarquía eclesiástica intenta influir en los procesos electorales europeos en un ejercicio de clericalismo que violenta la laicidad de las instituciones y es del todo incompatible con la democracia.
El movimiento laicista propugna la separación del ámbito público y el privado, siendo que las convicciones particulares como las religiosas pertenecen a este último ámbito. En el ámbito público deben imperar los valores comunes y no los particulares, ya que es la única manera de convivir en armonía y con igualdad.
Los obispos de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) han instado a ejercitar un voto que promueva los valores cristianos en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán del 6 al 9 de junio de 2024.