Los principales prelados anglicanos también han mostrado su decepción por no ser consultados por el Gobierno frente al próximo confinamiento
Los obispos católicos de Inglaterra y Gales han exigido al Gobierno que presente razones que justifiquen el cierre de las iglesias decretado por el primer ministro Boris Johnson, que obligan a suspender todos los actos de culto colectivo, excepto los funerales –a los que se permite un máximo de 30 asistentes–. El cardenal Vincent Nichols, presidente del Episcopado, y el arzobispo Malcolm McMahon, OP, vicepresidente, señalan que es “una fuente de profunda angustia”.
“Si bien comprendemos las muchas decisiones difíciles que enfrenta el Gobierno, aún no hemos visto ninguna prueba que haga que la prohibición del culto comunitario, con todos sus costos humanos, sea una parte productiva de la lucha contra el virus. Pedimos al Gobierno que presente estas pruebas que justifiquen el cese de los actos de culto público”, señalan en una declaración recogida por The tablet.
“Debemos esperar y rezar para que esta sea una estrategia eficaz contra una creciente pandemia que ya ha cobrado trágicamente tantas vidas y amenaza a tantas más”, señala el comunicado ante la norma que entra en vigor el jueves 5 de noviembre. “Nuestras comunidades han hecho mucho para que nuestras iglesias sean lugares seguros en los que todos se han podido reunir de forma supervisada y disciplinada”, reclaman.
“Al exigir este sacrificio, el Gobierno tiene la profunda responsabilidad de mostrar por qué ha tomado decisiones particulares. Si no lo hace, corre el riesgo de erosionar la unidad que necesitamos al entrar en un período muy difícil para nuestro país”, lamentan. Los diputados podrían exigir al Gobierno que publique los datos que impulsan la decisión de cerrar las iglesias.
Pos su parte, los principales prelados anglicanos –el arzobispo Justin Welby, el arzobispo de York Stephen Cottrell y la obispo de Londres Dame Sarah Mullally– han escrito una larga carta al clero de la Iglesia de Inglaterra, explicando que también desafiarán al gobierno sobre el porqué se han hecho ciertas exenciones y no otras. Los tres clérigos más antiguos de la Iglesia local, también dejan constancia de su decepción por no ser consultados por el gobierno al respecto.