Comentarios del Observatorio
- Desde el laicismo se entiende la interrupción voluntaria del embarazo como un derecho vinculado al ejercicio de la libertad de conciencia.
- La legislación aprobada por la que se garantizan las condiciones para el ejercicio de este derecho está en línea con la promoción de las condiciones sociales, políticas y jurídicas para el mejor ejercicio de la libertad de conciencia, lo cual es el objeto del movimiento laicista.
- El impedimento de ejercer este derecho es un ataque a la libertad de conciencia. La imposición de llevar adelante un embarazo no deseado, basada además en motivos de una moral particular, es una imposición a la conciencia de las personas que debe ser prevenida por el Estado.
- Como toda cuestión de conciencia, es algo muy sensible, y en este caso en particular, todo proceso de interrupción de un embarazo es trautático física y psicológicamente, por lo que deben cuidarse las mejores condiciones para que las personas puedan ejercer sus derechos sin más presiones externas y ajenas a la persona afectada que las ya inherentes al proceso mismo.
Argüello: “Pensar que la solución sea aniquilar al que además es el más débil es algo tremendo”
“La nueva ley del aborto, suprime la información y la reflexión como algo previo e imprescindible para tomar una decisión tan grave para la vida de otra persona. NEGAR LA INFORMACIÓN Y LA REFLEXIÓN: Todo un síntoma de una manera de gobernar”
“No se puede considerar progresista la imposición de la voluntad de poder y del derecho de decidir de una persona sobre alguien tan frágil y vulnerable que es una persona que ya está en el seno de una mujer embarazada”
“Abortar nunca es un derecho”. Así de rotundo se ha mostrado el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, ante la aprobación, en Consejo de Ministros, del proyecto de reforma de la Ley del Aborto, que ahora habrá de pasar el trámite parlamentario y que busca, en palabras de la ministra Irene Montero, “blindar la interrupción del embarazo” en la sanidad pública, eliminar los tres días de reflexión o el consentimiento paterno para las menores de 16 y 17 años.
“Abortar nunca es un derecho. Además, la nueva ley del aborto, suprime la información y la reflexión como algo previo e imprescindible para tomar una decisión tan grave para la vida de otra persona. NEGAR LA INFORMACIÓN Y LA REFLEXIÓN: Todo un síntoma de una manera de gobernar”, recalcó el arzobispo de Valladolid en un duro tuit, que vino acompañado por una entrevista en Cope, en la que Argüello tildaba de “tremendo” que la solución a un embarazo sea “aniquilar” la vida.
“En una situación de invierno demográfico, en la que los avances de la ciencia permiten decir de manera indubitable que en el seno de una mujer hay una nueva vida, el plantear el aborto como un derecho y el tratar de resolver el conflicto, que reconozco que pueda producirse en determinadas situaciones, pensar que la solución de ese conflicto sea aniquilar, al que además es el más débil, francamente, es algo tremendo”, criticó el portavoz episcopal
A su vez, el prelado lamentó que “no se puede considerar progresista la imposición de la voluntad de poder y del derecho de decidir de una persona sobre alguien tan frágil y vulnerable que es una persona que ya está en el seno de una mujer embarazada”.
