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Los mandamientos de la Iglesia para enfrentar el impacto comunicacional de la película de Karadima

El filme estará en los cines desde mañana y a partir de él la institución eclesiástica volverá a ser cuestionada por la manera en que enfrentó las denuncias de abusos contra el ex párroco de El Bosque. Por eso, la estrategia para abordar los cuestionamientos incluye no boicotear la película y no hablar sin haberla visto.

Un instructivo para los directores de comunicación de las diócesis que pertenecen a la Conferencia Episcopal de Chile, instancia que agrupa a los obispos de la Iglesia Católica local, fue enviado por el periodista Jaime Coiro, portavoz oficial de la institución, con motivo del estreno de la película El Bosque de Karadima, que ayer tuvo una concurrida avant premiere en Santiago y desde mañana estará disponible en los cines.

A la cita en el cine Hoyts llegaron diversas personalidades tanto del mundo del cine, de las letras como de la política. En el discurso de entrada, Matías Lira, director del filme, junto con agradecer a todos los colaboradores de la película, hizo principal hincapié en lo difícil que fue llevar a cabo el proyecto, debido a la oposición del Arzobispado, que le bloqueó todas las iglesias de Chile y, tal como lo aseguró en un entrevista con El Mostrador, practicaron con él la misma actitud dilatoria que con las víctimas, la de hacerlos esperar hasta que el cansancio los impulsara a abandonar naturalmente el proyecto.

Esta fue una de las razones también de la expectación antes de que se exhibiera la película y comentario obligado tras el término de ella.

Las reacciones finales apuntaron a adjetivos como “perturbadora”, “estremecedora” y “fuerte”, debido, entre otras cosas, a varias escenas de sexo que dejan a Karadima como un “predador” sexual. La cinta tampoco dejó de impactar como un misilazo la credibilidad de la jerarquía de la Iglesia chilena, que en esta ficción queda claramente como cómplice y encubridora de los abusos del ex párroco de El Bosque.

El instructivo

Para frenar precisamente el impacto comunicacional que podría causar la película, la Conferencia Episcopal, que agrupa a los obispos de la Iglesia Católica, socializó un instructivo entre los prelados que se reunieron la semana pasada en Punta de Tralca y, según detalla el mail que lo acompaña, revelado en exclusiva por el diario El BoyaalDía: “Fue muy bien recibido”.

El documento entrega una serie de instrucciones partiendo por “reducir el impacto negativo en la opinión pública que tendrá la película y la exposición que recibirá en los medios informativos, focalizar las reacciones en los abusos cometidos por Karadima. Empatizar con los propósitos de la película, insistir en la convicción de que estos hechos no se vuelvan a repetir”. Además pide aprovechar la atención que genera la película, para fortalecer el posicionamiento de las medidas por crear una cultura de prevención al interior de la Iglesia. Volver a informar de la condena eclesiástica como única sanción y muy severa en el contexto de las penas que puede imponer la Iglesia. Mencionar todas las instancias de prevención, acogida de denuncias y acompañamiento y reparación, que hoy ya existen en la Iglesia. Cuidar y acompañar a la comunidad de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús”.

En un apartado también indica lo que no hay que decir frente a la comunidad y los medios: “La película no es un ataque a la Iglesia, como han dicho sus mismos realizadores. Ojalá que este tipo de creaciones, ayuden a reflexionar sobre los abusos y a impedir que estos hechos se vuelvan a repetir. Todos tenemos una responsabilidad como terceros de contribuir a crear ambientes sanos y preguntarnos qué podemos hacer concretamente para que estos hechos nunca ocurran de nuevo”

Y se añade: “La única sentencia que ha tenido Karadima ha sido la impuesta por la Iglesia. No se trata de criticar la película, desmentir los hechos ni las personas aludidas en la misma”.

Además, expresamente, el instructivo pide: “No decir que la película es una ficción. No se quiere aparecer como descalificando la película por su género, menos si hay ciertos aspectos de la misma con los que se quiere empatizar. No conviene hacer llamados a boicotear la película o a no verla. En esos llamados se suelen fundamentar gran parte de los ataques a la Iglesia. Tras el estreno, conviene que todas las personas que respondan hayan visto la película antes de hablar”.

La película se estrena en un momento complejo, por cuanto dos de las víctimas, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, demandaron al Arzobispado de Santiago.

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